Si puntualmente buscas información médica en internet, o te interesa conocer los últimos avances en alguna enfermedad, no te preocupes, es algo normal. Tampoco debes obsesionarte si te gusta leer cuáles son los hábitos más saludables para gozar de buena salud. Sin embargo, estar constantemente enganchada a la red, inquietarte por cualquier cambio que percibas en tu cuerpo, bucear hasta encontrar, en cualquier página, sea cuál sea la fuente, la respuesta a ese síntoma que no aciertas a describir y te fíes, exclusivamente, de la información del ciberespacio, sin valorar que lo mejor es acudir al médico, entonces sí: podrías sufrir una variedad de la hipocondría, que en el universo de los ceros y unos se ha llamado 'cibercondría'.
"El fácil acceso a la información que tenemos hoy en día puede ser un factor de vulnerabilidad para personas que tengan cierta predisposición a padecer hipocondría. Por lo que es esperable que aparezcan más casos de este trastorno, la cibercondría. Además, antes, ante cualquier síntoma la posibilidad de gestionar la ansiedad pasaba por pedir cita al médico. Sin embargo, ahora es mucho más fácil caer en la tentación de buscar en internet, puesto que es mucho menos costoso e inmediato en el tiempo", señala el psicólogo Jesús Matos.
Y es que, pasamos muchas horas conectados. Y el 40% de la información que buscamos en Internet sobre salud se refiere a algún tipo de enfermedad. Las más buscadas son: cáncer, gripe, diabetes, diarrea, alergia, depresión, alzhéimer, sida, anorexia y Parkinson. Por otro lado, según red.es, entidad adscrita al ministerio de industria energía y turismo de España, el 29,9% de los ciudadanos utiliza internet como fuente de información en el ámbito sanitario.
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¿Qué es la cibercondría?
Engloba todas las conductas, preocupaciones y pensamientos obsesivos de una persona a la que la ansiedad que le provoca su estado de salud le hace recurrir a la red para encontrar respuestas a sus miedos, aunque estas no vengan de fuentes fiables. Como decíamos, buscar información sanitaria en internet, no tiene por qué ser un problema. Sin embargo, sí lo es cuando se cae en una espiral de búsquedas insaciables.
La psicóloga Paula Rueda, de la app mediQuo, explica que “esta espiral puede comenzar con un síntoma o con una percepción física, que lleve a pensar que se puede padecer algún tipo de enfermedad”. También se puede caer en ella por miedo a enfermar, y, aunque no haya síntomas, el hecho de estar expuesto constantemente a información sobre enfermedades que no dan señales y que se pueden evitar con la prevención, afecta a las personas más vulnerables.
Más ansiedad y depresión
Según los expertos, es muy frecuente que las personas que sufren este trastorno desconfíen, incluso, de su médico si su respuesta no coincide con lo que los pacientes piensan o creen. Esto es debido a que en internet se puede encontrar todo tipo de información, verdadera o no, y males que no saben interpretar. Y eso no hace más que preocuparnos más y nos pone en lo peor, algo que puede aumentar los síntomas de ansiedad.
Tal como explica el psicólogo Jesús Matos, "normalmente las personas que padecen este tipo de problemas suelen encontrarse ansiosas, ya que evalúan como peligroso cualquier síntoma o sensación física que sienten. Al percibir de esta manera las sensaciones corporales, la emoción de ansiedad está muy presente en sus vidas y les puede dificultar enormemente su día a día".
Por otro lado, "al entrar en este círculo vicioso, normalmente comienzan a dejar de lado actividades que antes realizaban, tienen tendencia a socializar menos y a estar más en casa, realizan menos actividades de ocio, etc. Todas estas pérdidas suelen disparar la emoción de tristeza, por lo que de persistir en el tiempo, aumenta el riesgo de padecer una depresión", continúa el experto. De aquí que este problema pueda requerir tratamiento.
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Antidepresivos y terapia
En la actualidad, no existe un tratamiento farmacológico específico para la hipocondría o la cibercondría. En algunos estudios se ha informado del efecto beneficioso de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) posiblemente por su acción beneficiosa sobre el estado de ánimo.
En cualquier caso, el tratamiento psicofarmacológico debe complementarse siempre con estrategias psicológicas. Además de las diferentes técnicas de tipo cognitivo conductual (educación sobre el trastorno, prevención de respuesta, técnicas de reestructuración cognitiva, técnicas de exposición y de relajación). “Es de vital importancia buscar un profesional en el que confiar 100% que explique, escuche y conozca nuestra situación personal”, afirma la psicóloga de mediQuo e insiste en que una buena relación con el sanitario ayudará a que el paciente mantenga una buena salud física y mental.
Además, se aconseja la práctica de ejercicio físico suave, de manera regular; la realización de tareas gratificantes que les aporten sensaciones relajantes y agradables: lectura, pintura, manualidades, etc; la implicación en grupos de actividades donde se fomente la comunicación y la puesta en común de experiencias personales; el cuidado del horario y de los ritmos de sueño y, en definitiva, que aprendan a adecuar los compromisos y obligaciones a sus limitaciones de afrontamiento del estrés, al que son especialmente vulnerables.
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