Durante muchos años se ha considerado que el tomate era una hortaliza, tal vez por hacer tándem con la lechuga en la ensalada o por formar parte de la mezcla de hortalizas del gazpacho. Sin embargo el tomate es una fruta, que esconde muchos más secretos y curiosidades.
El primer tomate consumido en Europa era amarillo
Hay pocos alimento tan mediterráneos como el tomate, sin el que no entenderíamos gran parte de nuestra gastronomía. Sin embargo, es una fruta que originalmente vino de América en el siglo XVI. Hasta entonces el tomate no existía en Europa y cuando llegó se vio como una fruta exótica de color amarillo.
Sí, las primeras variedades de tomates que llegaron al viejo continente no eran rojas, sino amarillas. Es por eso que en italiano al tomate se le llamó “pomodoro”, que en traducción literal al castellano sería “manzana de oro”. A esta fruta inicialmente se le vio una relación con la mandrágora, que es tóxica, y durante algunos años su consumo estuvo envuelto en la creencia de que producía la muerte. Después, cuando se supo que era inocuo y que su sabor era muy agradable, se aseguró que era afrodisíaco y que tenía propiedades mágicas.
Sin embargo, la confusión sobre a qué familia de frutas pertenece y cuál es su color es una cuestión muy razonable, pues existen hasta 7.500 variedades de tomate, cada una con un color, textura, tamaño y forma.
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Pocas calorías, agua y algunos minerales
El tomate es una fruta con un aporte calórico muy bajo y con un aporte de agua muy alto. Lo cual es fenomenal para nuestra dieta. Un tomate normal de ensalada suele pesar unos 300 gramos y tiene alrededor de 51 kcal. Por cada 100 gramos, un tomate normal o pera tiene alrededor de 17 kcal. Además es una fruta rica en vitaminas A, B y C, potasio y magnesio.
La forma más saludable de consumir tomate es crudo y sin más condimentos, porque así resulta delicioso. También en zumo de tomate. De esta manera aseguramos que por cada 100 gramos estamos recibiendo entre 12 kcal (en caso del zumo) y 17 kcal. Pero cuando lo consumimos en ketchup o mermelada este aporte se dispara, y llega hasta los 135 kcal en el caso del ketchup y 240 kcal en el de la mermelada.
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Un fármaco natural
Las frutas y verduras de color rojo intenso, como la sandía, las fresas y los tomates, aportan licopeno, que es un poderoso antioxidante natural, de la familia de los carotenoides. Nuestro organismo no es capaz de producirlo, y debemos buscar su aporte en la alimentación. El tomate pera, además, es la fruta con mayor índice de licopeno.
El 95% de cada tomate es agua, por lo que se trata de una fruta muy aconsejada en casos de deshidratación, ya que nuestro organismo además asimila su agua con gran velocidad y los efectos son casi instantáneos.
Además, las semillas del tomate actúan en nuestro organismo como anticoagulante, por lo que de la misma manera es beneficioso para luchar contra el colesterol malo y la hipertensión
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