Supera la fatiga muscular tras hacer deporte

La sensación de fatiga muscular puede hacer que abandones el entrenamiento, sin embargo hay remedios que puedes poner en práctica para minimizarla.

Por Cristina Soria

Uno de los retos más complejos de hacer ejercicio físico es luchar contra la fatiga muscular. Porque es precisamente cuando menos entrenadas estamos, cuando más ahínco hay que poner en la resistencia, y esa es una cuestión que puede minar nuestro ánimo. La respiración se acelera, la garganta se seca, los músculos se sienten más pesados y todo en suma te hace desistir.

Esta fatiga muscular llega en apenas unos minutos y es una carga suficiente para hacerte tirar la toalla, por lo que conviene ponerle remedio cuanto antes, para aprovechar al máximo el tiempo que empleas en tu entrenamiento, motivarte y hacer sostenible tu esfuerzo. Porque la peor de las situaciones es abandonar un entrenamiento una vez comenzado, anímicamente esto es un fracaso que para revertirse necesitará de mucho motivación extra, y no siempre podremos atesorarla.

Contra la fatiga no hay soluciones, una vez que esa sensación llega a nuestro cuerpo no hay nada que podamos hacer. Sin embargo, el secreto está en la prevención, en dilatar el tiempo en el que se presenta y en ir ganándole terreno.

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Una cuestión de ritmo

La intensidad de un ejercicio debe quedar en tu mano. Si todavía hacer deporte no está incorporado a tu rutina, te costará más mantener a raya la fatiga, y esa situación se puede modular si tienes en cuenta cuál es el ritmo que admite tu cuerpo. Vigila bordear el abismo de la fatiga, para no caer en ella, porque según crezca tu experiencia y forma física, esa frontera quedará cada vez más lejana, y podrás evitarla sin haber caído en ella.

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De la misma manera, resulta muy beneficioso para tu salud “deportiva” que alternes un ejercicio de alta intensidad con otro más relajado. Un entrenamiento de crossfit o fitboxing estaría muy bien complementado con sesiones de natación o yoga. Esto hace que tu fatiga se minimice, porque tu cuerpo aprende a adaptarse a distintas intensidades.

La cafeína y las bebidas energéticas son una fuente de fatiga, porque aportan un pico de energía que se funde muy rápido cuando realizamos un esfuerzo muscular, y tras ese pico llega un valle insalvable, así que resulta contraproducente. Y de forma contraria, sí es muy beneficioso optar por remedios naturales para acelerar nuestra resistencia y recuperación, como el aceite de menta y el ginseng.

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Descansa, pero de forma coordinada

Cuando termines de realizar tu ejercicio físico no lo hagas de forma abrupta, porque esto hará que experimentes una subida de fatiga que podría incluso doblar a la que ya de por sí puedas experimentar. Tras un entrenamiento es muy positivo dedicar al menos cinco minutos a estirar, realizar ejercicios de respiración, caminar y tensionar-relajar los músculos.

Acabar una sesión de entrenamiento con un masaje puede ser placentero y ayudar a minimizar los efectos de la fatiga muscular. La mejor opción es contar con un profesional, pero para el día a día puedes hacerte un masaje con una pelota de tenis o con tus propias manos. También dedicar unos minutos a relajarte en la sauna puede ayudar a que tu respiración y músculos vuelvan a la realidad como nuevos.

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