Incremento de los fenómenos meteorológicos adversos, aumento de las temperaturas, crecimiento del número de sequías, alteraciones en las estaciones del año… No cabe duda de que el cambio climático es un grave problema que nos afecta directamente a todos. En este sentido, con el fin de crear conciencia sobre esta alarmante situación, la Comisión Europea ha publicado el informe Climate change on your plate, donde alerta de las graves consecuencias del cambio climático, especialmente para el sector agrícola.
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Desafío al sector agroalimentario
Según este documento, publicado el pasado mes de diciembre, en el verano del 2018, Europa se enfrentó a condiciones climáticas extremas con graves impactos para los productores agrícolas. Las sequías afectaron especialmente al centro del continente y provocaron la caída de la producción total de cereales en la Unión Europea, estimada en un 8% por debajo del promedio de los últimos cinco años. "El cambio climático tiene un impacto significativo en la producción agropecuaria, disminuyendo considerablemente la calidad de los productos y reduciendo en gran medida los suministros de alimento. En el futuro, estos efectos se intensificarán, desafiando constantemente la viabilidad del sector agroalimentario", continúa el estudio.
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Amenaza al Mediterráneo
A pesar de que este fenómeno tiene consecuencias negativas para todos los puntos del planeta, el sur del Mediterráneo se ha posicionado como una de las zonas más vulnerables, al encontrarse amenazada con escasez de agua y pérdida de biodiversidad, así como riesgos para la seguridad alimentaria y la salud humana. "Los efectos del cambio climático en la región mediterránea estarán por encima de la media global. Esto tendrá efectos en el bienestar humano en general y en el sector agrícola en particular", explicó el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, en la Cumbre del Clima (COP24) celebrada a principios de diciembre en Katowice (Polonia). Ante estos problemas, la Unión Europea está brindando su ayuda a los agricultores que se encuentran en una situación complicada.
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Incremento de la demanda de agua
Otro estudio llevado a cabo por los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas también ha incidido en la grave situación a la que se enfrenta el Mediterráneo. "Las lluvias de verano en esta zona correrían el riesgo de reducirse entre un 10% y un 30% en algunas regiones, lo que aumentaría la escasez de agua y causaría pérdidas en la productividad agrícola, particularmente en los países del sur", advierte Josep Peñuelas, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).
Por otro lado, se espera que la demanda de agua se incremente entre un 4% y un 22% si se quieren satisfacer las necesidades de agua de la agricultura y compensar el crecimiento de la población humana. "El aumento de la demanda estará en conflicto con otros usos, como la necesidad de agua potable o el uso para el turismo o la industria", añade el científico, quien hace hincapié en la necesidad de destinar este recurso a la agricultura por el grave impacto que el cambio climático está teniendo sobre la tierra.
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