Consejos para prevenir las molestas agujetas
Mantenerse hidratado, cuidar la alimentación o calentar correctamente puede aliviar los dolores que suelen aparecer tras una intensa práctica deportiva
Ahora más que nunca, en plena recta final para dar la bienvenida a 2019, la inmensa mayoría de personas aprovecha los últimos coletazos del año para hacer balance y elaborar una lista de objetivos que cumplir durante los próximos doce meses. Dejar de fumar, dedicar un rato a la lectura, desintoxicarnos de la Red, aprender una nueva habilidad o descubrir una afición son algunos de los propósitos más habituales. Tampoco suele faltar en este ambicioso listado el deseo por emprender un estilo de vida saludable con dos objetivos principales: llevar a cabo una alimentación equilibrada e incluir la práctica de ejercicio en la rutina. Sin embargo, especialmente para las personas que no están acostumbradas a realizar deporte de forma habitual, este último paso puede desencadenar en la aparición de las dolorosas agujetas.
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¿Qué son las agujetas y por qué aparecen?
Después de un entrenamiento intenso, es normal encontrarse físicamente mal y con numerosos dolores musculares. Las agujetas son consecuencia de las microrroturas de la fibra muscular debido a un sobreesfuerzo de un músculo por encima del nivel al que está acostumbrado. A pesar de que pueden confundirse con una lesión, no son otra cosa que un mecanismo de defensa, como puede ser el cansancio, que funciona como 'alerta' de nuestro cuerpo para avisarnos los días siguientes que hemos estado por encima de nuestro ritmo. En algunos casos, dependiendo de la intensidad del ejercicio y del tiempo de inactividad, pueden aparecer el mismo día y desaparecen gracias al reposo y a la correcta nutrición.
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¿Cómo prevenirlas?
Comienza de forma progresiva: La paciencia es una de las claves del éxito en el deporte. Si no estamos acostumbrados a realizar ejercicio, no se puede pretender darlo todo en la primera sesión de entrenamiento ni correr 10 kilométricos del tirón el primer día que se sale a hacer running. Debemos darle tiempo al organismo para que se habitúe a la nueva rutina.
- No olvides el calentamiento: A pesar de ser un paso fundamental antes de la práctica de deporte, el calentamiento es uno de los grandes olvidados. Pasar de 0 a 100 en cuestión de segundos no es una buena idea y debemos invertir al menos diez minutos para despertar los músculos y aumentar de forma progresiva la temperatura del cuerpo.
- ¿Y el estiramiento? Asimismo, es importante dedicar diez minutos cuando se finalice la práctica deportiva para que el cuerpo pueda regresar correctamente a la calma. Los estiramientos favorecen la recuperación muscular y ayudan a encontrarse en mejor estado físico día siguiente.
- Hidrátate y cuida la alimentación: Beber agua antes, durante y después del ejercicio contribuye a evitar las molestias. Después del ejercicio, es importante reponer el glucógeno muscular a través de alimentos ricos en hidratos de carbono, en forma de pan, pasta, arroz, patata, legumbres, frutas y lácteo, tomar proteínas de alto valor biológico, como huevos, lácteos, pescado y carne, así como proteínas vegetales.
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