Medio kilo y, como mucho, uno. Este es el peso máximo que puedes perder una semana. Sí, has leído bien. Así que desconfía de cualquier dieta que prometa perder más peso de esta cantidad a la semana y, por supuesto, una cifra superior a cuatro kilos en un mes. Adelgazar más o rápidamente puede tener consecuencias en tu salud o, también, puede acabar desencadenando un efecto rebote, es decir, que vuelvas a recuperar el peso perdido en un tiempo récord y, quizá, que engordes más. Sin embargo, también hay que decir que nuestros cuerpos no son iguales y que la pérdida puede variar de un individuo a otro. Asimismo, la cantidad total que debas perder dependerá de los kilos que realmente te sobren y eso debe decírtelo el médico.
Por tanto, ya sabes, si tu propósito de este 2019 es adelgazar, ponte en manos de un experto. Él te dirá cómo y en cuanto tiempo debes adelgazar esos kilos de más. Asimismo, ten en cuenta estos consejos para perder peso con salud.
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¿Por qué adelagazar?
Antes de empezar una dieta, debes preguntarte por qué quieres perder peso. ¿Es realmente necesario porque padeces sobrepeso u obesidad? ¿O simplemente quieres librarte de esos kilos que has ganado en Navidad u otras fechas? “Si has ganado peso en navidades debes compensar los excesos, pasadas las fiestas, haciendo más ejercicio o recuperando tu rutina de entrenamiento y comiendo más sano, pero sin hacer dietas détox”, advierte la nutricionista Patricia Yárnoz, dietista del Área de Nutrición Hospitalaria de la Clínica Universidad de Navarra.
Por otro lado, si se sufre sobrepeso u obesidad, y perder peso es uno de los propósitos de año nuevo, hay que ponerse en manos de un especialista. El grado del trastorno en el peso corporal se clasifica según el Índice de Masa Corporal (IMC). Se obtiene dividiendo el peso en kilogramos entre la altura en metros al cuadrado. Esta es la fórmula: IMC = peso/altura al cuadrado. Existen calculadoras de IMC que te facilitarán el cálculo. Un IMC de entre 18,5 y 24,9 se considera normal, si este índice está entre 25 y 29,9 existe sobrepeso, superada esta cifra se considera obesidad.
Los milagros no existen
Antes de ponerte a hacer una dieta para perder peso, convéncete de lo siguiente: los milagros no existen. “Las dietas rápidas, conocidas como 'dietas milagro', no están contrastadas por la ciencia. Prometen pérdidas de peso muy rápidas, pero favorecen el conocido efecto ‘yo-yo’. Las personas vuelven a ganar el peso perdido y, en ocasiones, incluso más", advierte el doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad. Este tipo de planes, además, pueden causar problemas sobre el metabolismo, la función renal, ocasionan deficiencias vitamínicas, caída del cabello, entre otros efectos nocivos. Por ello, "es fundamental seguir una dieta bajo supervisión médica especializada para no originar deficiencias alimentarias o trastornos de salud. De hecho, cada dieta debe ser personalizada y bajo la supervisión de un equipo multidisciplinar”, recuerda el especialista.
Así, en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad, lo que prima, fundamentalmente, son las pequeñas pérdidas y mantenidas, es decir, lo que se llama rentabilidad metabólica. Para ello, es necesaria la modificación de los hábitos dietéticos y hacer ejercicio. En líneas generales, “no se recomienda perder más de un kilogramo a la semana. Además, la dieta para adelgazar tiene que ir acompañada de ejercicio físico”, insiste el doctor Caballero. En cualquier caso, recuerda, se trata de consejos generales, ya que no todos los organismos son iguales y la pérdida de peso puede ser diferente en cada individuo. De ahí que se recomiende, siempre que la dieta esté supervisada por un especialista.
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¿Endocrino o nutricionista?
Ambos pueden ayudarte. Sin embargo, debes conocer la diferencia entre ellos. El endocrino, por ejemplo, es un médico que estudia el funcionamiento y las distintas enfermedades del sistema endocrino y las hormonas. Además de ponerte un régimen alimentario para perder peso, este experto puede ayudar a identificar algunas enfermedades que pueden afectar al aumento de peso u otras patologías que pueden afectar a nuestra salud.
Por su parte, un diplomado en nutrición puede establecer las pautas para alimentarnos correctamente en diferentes momentos de nuestra vida o de acuerdo a necesidades específicas como, por ejemplo, si comemos fuera de casa, si practicamos algún deporte, si queremos empezar una dieta vegetariana, si tenemos alguna intolerancia o, simplemente, asegurarnos de que nuestros hábitos son correctos. “Lo ideal, para perder peso, es que nos pongamos en manos de un endocrino, que nos haga un estudio para saber por qué ganamos peso o no lo perdemos y después acudir a un nutricionista para que nos ayude a establecer las pautas de alimentación”, indica Patricia Yárnoz.
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No más mitos
Ni la dieta sin gluten, sin lactosa, ni el ayuno de un día o saltarte las cenas. Todo ello, hará más difícil adelgazar de forma saludable y, lo que es peor, puede tener consecuencias muy peligrosas para tu salud. “No tiene sentido realizar una dieta sin gluten o sin lactosa si no tenemos un problema real.
Por otro lado, tampoco se debe hacer un día de ayuno o saltarse la cena. "Nuestro cuerpo es muy inteligente y, si ayunamos, activará el proceso de almacenamiento de grasa. Si nos acostumbramos a no cenar, ocurrirá lo mismo. Además de producirse picos de en los niveles de insulina, se puede producir un efecto rebote porque la energía que no hemos consumido por la noche se compensará por la mañana. Por tanto, hay que cenar moderadamente, pero nunca nada”, insiste la nutricionista.
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Come sano para no engordar
En conclusión, no solo es importante perder peso, se trata, además, de comer de forma saludable. Según el doctor Adelardo Caballero, estos son los consejos para unos buenos hábitos dietéticos.
- Hacer cinco comidas al día.
- Introducir alimentos sin grasas y exceso de azúcares.
- Reducir el tamaño de las raciones.
- Evitar los fritos y la ‘comida basura’.
- Desterrar el alcohol y las bebidas azucaradas.
- Reducir el consumo de sal.
Por el contrario, se debe aumentar el consumo de caldos, frutas y verduras, proteínas como el pavo, el pollo o el pescado, pero cocinados a la plancha o al horno.
En cuanto al alcohol, Patricia Yárnoz añade que no se recomienda ya que “aporta calorías vacías. Además, los beneficios que se obtienen de algunas bebidas alcohólicas, por ejemplo, el vino, podemos tenerlos consumiendo el alimento original u otros que no perjudiquen tanto como el alcohol”.
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