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Se acaba otro año, arranca uno nuevo y con él llega la lista de nuevos propósitos. Dónde te ves de aquí a un año, de qué personas te quieres rodear, qué mejorarías a nivel laboral, económico, qué hábitos de tu rutina son poco saludables y cómo podrías cambiarlos… Las personas solemos hacer balance sobre todo en esta época del año. Sin embargo, muchas veces la frustración por no haber logrado nuestros objetivos es real. Un autosabotaje que termina afectando a nuestros niveles de autoestima. Elena Daprá, psicóloga clínica y experta en coaching, lo define como "la perversidad de los propósitos irreales".
Según esta especialista, la clave para mantener la autoestima y poder cumplir con nuestros objetivos estaría en encontrar el equilibrio y establecer un compromiso real y realista. "La gente normalmente se hace a principio de año una lista de propósitos demasiado benévolos para consigo mismos. 'Voy a dejar de fumar, voy a adelgazar, voy a ir al gimnasio todos los días de la semana, voy a encontrar otro trabajo'… Eso, al final, cansa. Y empieza a pasar el tiempo y ves que no los estás consiguiendo. Y no los consigues, porque a principio de año has soñado, pero no has visionado. Cuando visionamos, le damos forma a los sueños, es decir, los bajamos a tierra", comenta.
Reflexión y compromiso
La psicóloga compara esto con la falacia que los fumadores suelen hacerse cada primero de año: "Al final es el día 2, y luego es el 3 o 4, pero de octubre. Cuando nos proponemos algo así y luego no somos capaces de cumplirlo, es cuando aparece la sensación de frustración, de no haber tenido la suficiente fuerza de voluntad. El problema es que no hemos hecho una reflexión de dónde estaba el verdadero compromiso. ¿Estaba realmente en dejar de fumar o lo estoy diciendo porque es un deseo y un sueño que tengo en la cabeza?".
Sea como fuere, hacer balance cada cierto tiempo es bueno. Sin embargo, es importante no marcarse una lista infinita de propósitos imposibles. Si nos proponemos objetivos factibles y al alcance de nuestra mano, poco a poco veremos cómo nuestras metas se cumplen y aumenta la valoración que tengamos sobre nosotros mismos. "Uno se plantea objetivos generales a largo plazo, en este caso hablamos de un año. Conforme van pasando los meses vas viendo si consigues tus metas o no. Si las alcanzas, la autoestima que tienes sobre ti mismo aumenta", explica.
Mentalidad positiva
La especialista hace hincapié en esto, y recomienda no pensar en negativo. En nuestra cultura se vive mucho la idea del 'fracaso', sin embargo, ella prefiere hablar de 'errores'. Así, si cometes un fallo o no alcanzas los propósitos que te has marcado, puedes volver a intentarlo. "Si partimos de la idea de 'fracaso' nos hundimos a nosotros mismos, directamente. La emoción y los mensajes que rodean al fracaso son muy negativos. Los 'tú no puedes', 'lo intentaste y no llegaste', 'creías que podías, pero luego no'…". Si aun así nos viésemos en ese punto, la doctora recomienda "echar la vista atrás, fijarnos en lo que teníamos, ver los medios que teníamos para lograr ese objetivo que nos planteábamos y pensar en si realmente estaba adecuado con nuestra realidad".
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