Razones por las que podrías estar acortando la vida de tu perro

Queremos lo mejor para nuestra mascota y sin embargo muchas de las decisiones que tomamos pueden estar siendo contraproducentes para su salud.

Por Cristina Soria

No hay ninguna duda de que, como dueños de mascotas, queremos lo mejor para nuestros perros. Pero es posible que a causa de un ritmo de vida acelerado o de cierto desconocimiento en algunas cuestiones relevantes a su cuidado, en ocasiones tomemos decisiones que no son buenas para su salud.

Lo que a unas razas les beneficia, a otros puede perjudicarles. Qué tipo de comida, qué cantidades, que temperaturas pueden soportar o qué grado de ejercicio físico necesitan. Todos estos factores, además, en ocasiones deben equilibrarse con nuestro ritmo de vida: nuestros tiempos, nuestras salidas, el espacio y configuración de nuestra casa, etc…

Dejar que coma demasiado

La obesidad canina es un problema cada vez más frecuente entre los perros, y en general viene producido por un exceso de comida. También es muy habitual darles alimentos que no son buenos para ellos, ya sea porque nos han sobrado o porque nos miran suplicantes mientras los comemos. 

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Muchos de estos alimentos resultan dañinos para su organismo, además de propiciar el sobrepeso, que es precursor de enfermedades como la diabetes o el cáncer. De manera que es importante que nos aseguremos de que nuestra mascota toma la cantidad de pienso adecuada y de que no recibe de nuestra parte sobras u otros alimentos inadecuados.

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No proporcionarle el suficiente ejercicio físico

Un perro activo es un perro física y mentalmente sano, aunque es cierto que no todos los perros requieren la misma  cantidad de ejercicio. Un border collie necesita ejercitarse a diario y un bichón maltés no. El origen de cada raza de perro determina su carácter, musculatura y necesidades físicas.

En el caso de los perros cazadores, su organismo necesita el ejercicio para perder grasas, dinamizar la musculatura y optimizar el sistema circulatorio. Un ejercicio por debajo de sus necesidades puede producir ansiedad en el perro, porque implicaría privarle de un instinto básico, que es el poder correr y jugar, y como consecuencia puede verse afectado por enfermedades coronarias, acortando su vida.

Los perros más grandes suelen requerir más ejercicio físico. Sin embargo, a los más pequeños les pasa lo contrario. Si abusamos del ejercicio físico en perros que no lo demandan, ponemos en peligro su organismo, llevando a su cuerpo al colapso. Los perros siempre van a dar un 200% de sus posibilidades físicas si su dueño se lo exige, porque la prioridad para ellos no es su propio bienestar, sino permanecer a tu lado. Si tu pretendes dar largos paseos y arrastras a tu perro (una raza pequeña y doméstica) probablemente te siga y no ponga reparo, pero es probable que su organismo se resienta y que a la larga sea una razón de desgaste irreversible.

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Dejar su higiene al albur de la naturaleza

Los perros a veces tienen la capacidad casi milagrosa de “limpiarse solos”. Algunos pelajes son más proclives a desembarazarse del barro o de la suciedad, y ellos mismos tienen un conocimiento innato sobre cómo rascarse, revolverse y frotarse para quitarse de encima la suciedad. Pero no es suficiente.

La higiene de tu perro es vital, y bañarle con cierta asiduidad es muy necesario. Porque los perros caminan al ras de suelo, lo olfatean todo, se rebozan sobre cualquier suelo, y son un imán para la suciedad: bacterias, partículas, microbios, polvo, barro…

Un perro con una higiene deficitaria no desarrolla más inmunidad de la que ya tiene, y contra esa creencia existe el punto contrario: un perro que arrastra en su pelaje una legión de patógenos está en pleno asedio y su vida puede verse limitada por nuestra decisión de no hacer nada. Las infecciones de oídos, ojos, trufa o cutáneas pueden ser un grave problema para su calidad de vida. Pero si el perro está sucio, atraerá con mayor probabilidad a los insectos que transportan parásitos, y en ese caso las consecuencias pueden ser fatales.

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