La mayoría de nosotros conocemos los síntomas del ictus: pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo; trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de 'acorchamiento u hormigueo' de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo; pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos; alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha; dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente y sensación de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior, son los principales síntomas de esta enfermedad.
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Pero, además de estas señales, hay otros signos de alerta menos conocidos que pueden no relacionarse con un ictus y, por tanto, retrasar la detección y la atención médica. Por si fuera poco, durante las navidades, el cambio de hábitos y las comidas copiosas pueden hacer que se confundan con cansancio o una simple indigestión. Por eso es tan importante conocer todos los síntomas que pueden asociarse a esta enfermedad, segunda causa de muerte en España y la primera causa de muerte en la mujer, más del doble que por cáncer de mama.
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Tres síntomas desconocidos en ictus
"Existen síntomas atípicos, que son aquellos que ocurren con menor frecuencia y que son más difíciles de identificar. Estos se dan, además, con mayor probabilidad en la mujer, lo que hace que se identifique el ictus más tarde y se retrase la atención médica", advierte la doctora Almudena Castro, coordinadora de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital La Paz, en Madrid.
Por ejemplo, la fatiga, el malestar general y la sensación de mareo pueden ser señales de alarma. Especialmente, si van acompañados de los síntomas más conocidos y que hemos mencionado. "Es primordial la formación e información sobre los riesgos y síntomas del ictus, que permitan trabajar en su prevención y detectarlos con rapidez. Las navidades son una época de celebraciones, pero no debemos olvidar la importancia de seguir cuidando la salud incluso durante estos días", aconseja el doctor Holger Gellerman, director médico de Boehringer Ingelheim España, dedicada a la lucha para combatir esta enfermedad.
Como recuerdan los expertos, cada minuto cuenta, e indentificar rápidamente si se está sufriendo un ictus para acudir a los servicios de urgencia y recibir asistencia permite reducir las secuelas y discapacidades asociadas a estos episodios, además de la muerte. Y es que, aproximadamente el 50% de las personas que lo han tenido sufre algún tipo de discapacidad o fallece.
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Buenos hábitos, menos ictus
Afortundamente, contamos con una herramienta muy eficaz para reducir hasta el 90% de los casos de ictus: la prevención a través de unos buenos hábitos de vida, y que no deben olvidarse en Navidad. Según recuerda la doctora Almudena Castro, estos son los cuatro pilares básicos:
- Dieta mediterránea. Si se siguen los principios básicos de estilo de alimentación en conjunto, se puede mejorar la salud.
- Ejercicio físico. Debe ser diario y moderado.
- No fumar en absoluto. De hecho, para la prevención cardiovascular no vale de nada fumar poco.
- Control de estrés. A través de actividades de ocio, ejercicio y actividades sociales.
"No hay que centrarse en cuestiones específicas, sino que debemos seguir un estilo de vida que en conjunto sea cardiosaludable", apunta la doctora Castro. Por otro lado, las personas que ya hayan sufrido un ictus o a quienes su equipo médico ha recetado un tratamiento, por ejemplo, sufrir fibrilación auricular, "además de la prevención, a través del estilo de vida cardiosaludale, es imprescindible cumplir con la toma de medicación", concluye la especialista, que además es directora de Mimocardio.
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