La mayoría de niños sueñan con tener una mascota, y el primer lugar lo ocupan normalmente los perros, seguidos de gatos, aves, tortugas, aves y peces. Las mascotas y los niños crean unos vínculos intensos y duraderos que pueden resultar muy beneficiosos para estos últimos en numerosos aspectos relacionados con su capacidad para socializar y su salud.
Si tienes cualquier duda acerca de qué mascota sería la mejor para tu hogar y tus hijos, no dudes en consultar con un veterinario, que podrá asesorarte acerca del comportamiento de distintas mascotas y de lo adecuadas que serían, o no, para tu familia.
Grandes compañeros de juegos
Un estudio realizado por la Fundación Affinity sobre el vínculo entre personas y animales de compañía concluyó que el 50% de los niños consideran a sus mascotas (perros y gatos) compañeros de juegos y actividades. Además, ocho de cada diez niños con edades comprendidas entre los 9 y los 12 años jugarían antes con su mascota que con un videojuego.
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Disminuye el riesgo de que se sientan solos
Las mascotas son una fuente muy importante de apoyo emocional a la que siempre se puede recurrir. Es inevitable que los niños, como todo ser humano, se sientan tristes en determinados momentos. También en ocasiones se sienten incomprendidos y necesitan un compañero silencioso que les acompañe y les haga sentir mejor sin pedirles explicaciones, alguien que les ofrezca amor sin más. Las mascotas son esa compañía generosa, que hará que disminuya el estrés o la ansiedad que puedan llegar a sentir.
Les ayuda a asumir responsabilidades
Convivir con una mascota en una decisión muy importante que implica una gran responsabilidad, ya que vamos a hacernos cargo de otro ser vivo, con todo lo que supone. Es una oportunidad única para inculcar a los niños el sentido de la responsabilidad encargándoles pequeñas tareas relacionadas con el cuidado del animal: alimentarle, salir con él a pasear… Es importante asignarles responsabilidades teniendo en cuenta su edad, para que sean capaces de asumirlas con éxito, algo que hará que aumente la seguridad en ellos mismos y su autoestima.
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Aumenta su empatía y conocimiento de la vida
El contacto y la convivencia diaria con animales hace que los niños desarrollen el respeto hacia los demás, haciéndoles más empáticos y generosos. Además aprenden a dar amor y cariño a un ser vivo que no puede expresar sus necesidades, tanto emocionales como vitales, con palabras. Por otro lado, los niños que asisten al crecimiento de una mascota entienden y asumen mejor los principales procesos vitales: nacimiento, reproducción y muerte.
Afecta positivamente a su salud
La convivencia con animales reduce el estrés, lo que implica que los niños se sientan más tranquilos y regulen tanto su tensión arterial como su frecuencia cardiaca. Hay estudios que aseguran que los niños que viven con mascotas tienen un sistema inmune más fuerte, ya que entran en contacto con microorganismos del mundo exterior a través de los perros o los gatos. De esta manera están más protegidos ante la posibilidad de padecer una enfermedad infecciosa.
Al parecer, también tienen menos riesgo de padecer enfermedades respiratorias, como asma y alergias, los niños que conviven con perros, porque los microbios que viven en una casa en la que hay una de estas mascotas generan una respuesta inmune en el tracto gastrointestinal de las personas que viven con ellos.
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