Los beneficios de la vida en el campo
La naturaleza está repleta de bondades de las que podemos beneficiarnos al vivir en el campo, alejados del estrés y la contaminación de las grandes ciudades.
Vivir en una gran ciudad puede parecer que nos ofrece toda una serie de ventajas que hacen la vida allí merezca la pena. Pero lo cierto es que en lo últimos años ha surgido una tendencia entre la población más joven contraria a la que habíamos visto hasta entonces: son muchos los que abandonan las ciudades y se instalan en entornos rurales buscando tranquilidad, precios más económicos, y todos los beneficios que el campo puede ofrecernos.
Respiras un aire más limpio
Cuando nos alejamos de la gran ciudad y de su contaminación medioambiental, el aire comienza a ganar en calidad, por lo que empezamos a respirar mejor. De hecho, el problema de la contaminación en determinadas ciudades es tal que en algunas ciudades se restringe eventualmente el tráfico para intentar aliviar la situación. Por eso, al vivir en el campo y respirar un aire mejor, es visible la disminución de enfermedades respiratorias, ya que nos encontramos en un ambiente más natural y sano.
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Descansas más y mejor
A la hora de pensar en el descanso ideal, nos imaginamos un lugar alejado de los ruidos de la ciudad, del tráfico y de las voces de la gente a altas horas de la noche. Cuando vives en el campo, es muy difícil que la hora de dormir se vea afectada por ruidos y luces procedentes del exterior. Y es que al llegar la noche, en el campo, el mundo se detiene y llega la hora del descanso, mientras que en las ciudades la vida puede continuar hasta altas horas de la noche. Por eso en el campo sentirás lo que es un auténtico sueño reparador, tras dormir más y mejor.
Una alimentación más saludable
Cuando vives en el campo tu alimentación mejora considerablemente. Piensa que en lugar de ir al supermercado a comprar fruta y verdura, es muy posible que tú misma puedas cultivar parte de tu comida, además de poder comprarla directamente a la gente cercana que cultiva. Esto, sin lugar a dudas, hace que nos alimentemos de manera más saludable, además de ayudarnos a consumir alimentos de temporada, con todo lo que implica (mejor precio, menor contaminación y posiblemente mayor sabor).
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Adiós al estrés
Es innegable que las grandes ciudades nos abocan a situaciones de estrés de manera casi continua y vivir en un estado de tensión permanente que puede provocarnos ansiedad, depresión y otro tipo de enfermedades relacionadas con el estómago o el corazón. Y esto es algo que repercute negativamente en nuestro bienestar. La vida y el trabajo en el campo son más relajados, a pesar de conllevar, en ocasiones, un mayor esfuerzo físico. La proximidad con la naturaleza nos hace sentir mejor tanto a los mayores como a los niños, que también sufren el estrés de la vida en la ciudad.
El campo también tiene sus inconvenientes
No todo podía ser perfecto. El mayor inconveniente que ofrece vivir en el campo es que se dispone de menos infraestructuras sanitarias y que las comunicación en por carretera suele ser escasa, por lo que disponer de un propio vehículo es prácticamente imprescindible. En general, como es lógico, dispones de menos infraestructuras de todo tipo, aunque la vida en los entornos rurales ha evolucionado mucho con el paso de los años.
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