Las navidades, las comidas de empresa, reuniones familiares y demás compromisos sociales propios de estas fechas hacen que perdamos el control absoluto de lo que comemos; lo que supone un problema para aquellas personas que sufren alguna patología como la diabetes -que requiere de un plan de alimentación saludable-, o intolerancias y alergias alimentarias, cada vez más comunes en la población. Pero, además, los excesos de alimentación que cometemos en estas fechas, unidos a una mala alimentación y sedentarismo, nos hacen a todos más vulnerables a estas y otras patologías.
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Es por ello que los expertos en nutrición recuerdan que conviene mantener bajo control al azúcar, un ingrediente omnipresente en multitud de alimentos que produce una amarga realidad: anualmente, alrededor de 400.000 personas desarrollan en España diabetes tipo 2. A su vez, según algunos estudios, se puede llegar a aumentar entre medio kilo y tres kilos durante este mes. Una dieta saludable, actividad física regular y mantener un peso corporal adecuado ayudan a evitar la diabetes tipo 2 o retrasar su aparición.
Turrones, mantecados, polvorones, mazapanes… son alimentos que están llenos de azúcar en su composición y que debemos limitar. Pero, también “hay otros alimentos que esconden azúcares ocultos como, por ejemplo, una salsa de tomate azucarada, el vinagre que parece caramelo, el pan de molde extra tierno, algunas cápsulas de café listo para tomar, salsas de bote o algunos quesos para untar. Por otro lado, hay alimentos que no contienen azúcares, pero que su efecto sobe los niveles de glucosa en sangre es casi idéntico al de tomar azúcares. Se trata de las harinas refinadas, que se encuentran en casi todos los alimentos que nos rodean, como el pan blanco, los cereales de desayuno, la bollería y las galletas, y la mayoría de los productos procesados. Muchos de ellos no contienen azúcar, pero su efecto es casi el mismo que si se tomara el azúcar a cucharadas”, apunta Serafín Murillo, dietista-nutricionista asesor de Social Diabetes. “Eso sí, se trata de eliminar los alimentos que incluyen azúcar añadido, pero no aquellos que ya lo tienen de forma natural como las frutas y verduras o algunos lácteos”.
Además, el experto también nos recomienda realizar ejercicio o caminar 30 minutos al día como mínimo para ayudar a reducir la grasa almacenada alrededor del corazón, en el hígado y el abdomen; así como reducir el nivel de glucosa, ya que el organismo tiende a utilizarla como fuente de energía.
Las alergias aumentan en Navidad
Del mismo modo que aumentan las reuniones en torno a una mesa, también lo hacen las alergias. Así, los frutos secos son uno de los alimentos que más reacción alérgica provocan, junto al marisco y los pescados; cuyo consumo se dispara en esta época del año.
¿El porqué? Sus proteínas son muy similares a las de los ácaros y el polen, por ese motivo, muchas personas alérgicas a estos alérgenos pueden sufrir urticaria al ingerirlos. Por tanto, las personas que padecen intolerancia alimentaria al gluten, a los frutos secos, al marisco o al huevo deben prestar especial atención estas fechas, para que su Navidad no se convierta en una película de terror.
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Aunque la mayoría son leves, la mitad de las reacciones alérgicas tratadas en urgencias suelen estar provocadas por la ingesta de algún alimento, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). La prevención es clave, ya que la mayoría de estas reacciones se producen dentro de los 30 minutos posteriores a su consumo.
Algunos consejos para evitarlas que nos sugieren desde la especialidad de Dietética, Nutrición y Seguridad Alimentaria de la Universidad Camilo José Cela y el IMF Business School son:
- Leer detenidamente los ingredientes. Aunque puede parecer algo obvio, ¿cuántos lo hacemos realmente? Las prisas o el exceso de confianza en muchos de los productos que compramos e ingerimos pueden jugarnos una mala pasada. Por eso, es aconsejable leer detenidamente la lista de ingredientes y alérgenos, sobre todo de aquellos alimentos que se consumen por primera vez. Y cuidado con las trazas, puede que en el listado de ingredientes no aparezca, pero muchos alimentos pueden contener trazas. Buen ejemplo de ello son los patés y embutidos, que pueden contener trazas de leche, o los bombones de chocolate, harina.
- ¿Ante la duda? Mejor comer verdura. También es importante poner atención a la contaminación cruzada, sobre todo a la hora de cocinar en casa. Hay que lavar bien los alimentos, además de no mezclar los utensilios de cocina.
- Mejor pecar de pesado. Si comemos fuera, debemos optar por menús adaptados, además de avisar al camarero de nuestra alergia para asegurarnos de que no nos servirán nada que no podamos tomar. Las personas con anafilaxia y que pueden tener una reacción alérgica más grave deben llevar siempre consigo una inyección intramuscular de adrenalina, ya que el establecimiento no tiene porqué contar con ella.
- Adiós a lo crudo. En estas fechas mejor olvidarse de los pescados crudos (goodbye sushi) y si se opta por cenar o comer pescados frescos como lubina, salmón, atún o dorada, es fundamental que estén bien cocinados antes de consumirlos ya que los pescados crudos pueden tener anisakis y provocar reacciones alérgicas a todo tipo de personas.
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Por último, también debemos tener cuidado con las intolerancias, como la celiaquía o la intolerancia a la lactosa; ya que, aunque pueden no ser un trastorno grave, sus síntomas –hinchazón y dolor abdominal, gases, náuseas, vómitos y diarrea- afectan seriamente la calidad de vida de quienes la sufren.