¿Cómo prevenir la infección por rotavirus?
Según los expertos, la vacunación es la herramienta clave para prevenir y reducir los ingresos hospitalarios por rotavirus
Si tienes hijos, seguro que habrás oído hablar del rotavirus, puesto que es uno de los principales responsables de los casos de gastrointeritis infecciosa en lactantes y niños pequeños. Y si no los tienes, es posible que te suene, porque también los más mayores y los adultos lo pueden contraer, aunque en menor proporción. Los meses de frío suelen ser los más propicios para sufrir esta infección, cuya consecuencia más grave es la deshidratación, ya que produce diarrea severa, vómitos y fiebre. Para saber qué podemos hacer para prevenirlo y defendernos contra él, te explicamos qué es el rotavirus y cómo se propaga.
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Qué es el rotavirus
El rotavirus es un tipo de virus con una estructura similar a una rueda, de ahí su nombre. Cuando un individuo se infecta, excreta el virus a través de las heces. Por tanto, la forma de contagio es por las heces de un niño infectado, por eso es muy frecuente en guarderías y colegios. Pero también se puede transmitir si se tocan superficies o alimentos infectados. Por eso, la mejor medida de prevención es lavarse las manos con frecuencia y la buena higiene.
Uno de los riesgos de esta enfermedad en los lactantes y niños más pequeños es el peligro de deshidratación. Esta aparece por la pérdida de líquidos debido a la diarrea y vómitos que produce. Por eso, ante los primeros síntomas de la infección por rotavirus, hay que acudir al médico y rehidratar constantamente al paciente.
La forma de diagnóstico es, generalmente, clínica. Es decir, si el pequeño presenta los síntomas, el pediatra sospechará que puede tratarse de esta infección, sobre todo si se da en las épocas de más frío, cuando este agente patógeno está más activo. En ocasiones, se pueden pedir un análisis de heces para confirmarlo.
Este virus suele tener una evolución benigna que dura entre 3 y 8 días. Al tratarse de un virus, no existe un tratamiento que lo combata. Sin embargo, sí es necesario, como decíamos, administrar líquidos o, incluso, suero a los pequeños, para evitar la deshidratación, y aislarlo de otros niños para evitar su propagación.
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La mejor prevención, vacunarse
A pesar de que la buena higiene es una de las medidas de prevención más eficaces para combatir cualquier virus, no es suficiente. Y por ello, cada año, en nuestro país, 500.000 niños menores de cinco años contraen gastroenteritis por rotavirus. La circulación de este virus y, por tanto, la enfermedad que causa podría reducirse hasta un 80% sólo con vacunar a entre un 40% y 50% de los niños, ya que la vacuna no sólo protege al niño vacunado sino que confiere una importante inmunidad de grupo.
Según señaló el doctor Federico Martinón-Torres, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico de Santiago, durante el IV Encuentro de actualización y nuevas aproximaciones en vacunas. Las vacunas y sus beneficios colaterales’, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander, con el patrocinio de GSK, “allí donde se usa la vacuna frente al rotavirus, desaparecen las formas moderadas y graves de enfermedad, es decir, dejan de ingresar los niños por gastroenteritis aguda. Esto es lo que ha acontecido en Estados Unidos, Australia, Reino Unido y los países más desarrollados de nuestro entorno, que incluyen la vacuna del rotavirus en su calendario sistemático. Pero también en países más desfavorecidos donde este germen mata un niño cada 50 segundos”.
Por eso es tan importante no dejar de vacunar a los menores. Y es que, como recuerdan los expertos, la vacunación es, junto a la potabilización del agua, la medida preventiva más importante y que más impacto han tenido en la mejora de la salud en la historia de la humanidad.
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