Cada vez son más numerosas las empresas que aplican procesos de coaching a sus trabajadores con el fin de mejorar los niveles de productividad de su negocio. Está demostrado que los procesos de coaching en la oficina inciden directamente en el bienestar de los trabajadores y por tanto en los resultados profesionales de los mismos, pero ¿de qué manera incide el coaching en el bienestar psicológico de sus empleados?
Según un estudio elaborado por la doctora Pilar Ripoll, investigadora de la Universitat de Valencia, junto con la consultora Intelema, los beneficios son innegables. De hecho, los más destacados se sitúan en aspectos como el nivel de optimismo del trabajador, la evolución de su salud mental e incluso en el vigor en el trabajo. El coach no solo potencia diversas variables, sino que también alivia otros parámetros no tan positivos en la psique del empleado: reduce el nivel de estrés, suaviza el estado de ánimo negativo y paraliza el desgaste profesional.
Se trata, sin duda, de un extra que no solo favorece a la empresa. El estudio se realizó en un grupo experimental de 90 personas y un grupo de control de 88. Del total, 114 eran mujeres y 62 hombres. De ellos un porcentaje del 85,2 por ciento tenía estudios universitarios. Antes del comienzo del experimento con el coaching, los integrantes rellenaron un cuestionario. Tras separarlos aleatoriamente todos recibieron sesiones coaching del Método Zisne (Intelema) durante cinco meses. Transcurrido este tiempo, se volvieron a realizar mediciones en los participantes.
Tras analizar exhaustivamente las métricas, la doctora Ripoll, junto con el equipo de la consultora, llegaron a revelar que el Método Zisne confiere al trabajador las herramientas necesarias para aumentar la influencia positiva del empleo sobre el empleado. Nuevamente, el coaching se erige como una importante herramienta también al servicio de la esfera laboral.
No obstante, y como también reflexiona la doctora Ripoll, el crecimiento de esta disciplina en las últimas décadas ha propiciado que exista cierta confusión a la hora de valorar la figura del coach (¿Qué es un coach y qué no?). Según la experta, esta confusión es debida al intrusismo que existe en el sector: “Parece que cualquier especialista puede ser coach de algo -deporte, moda, escritura-, pero trabajar con las emociones es mucho más complejo”.