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Festejar la Navidad en torno a la mesa forma parte de la tradición de estas fechas especiales. Asados, deliciosos postres, más de una copa de vino… cada celebración significa un exceso dentro de nuestra rutina y descuidarnos puede tener como consecuencia dar al traste con los esfuerzos de mantener un estilo de vida saludable el resto del año. Pero no tiene por qué ser así. Disfrutar de estas Fiestas es posible sin tener por qué implicar un susto sobre la báscula. De ello hemos hablado con la Dra. Mª Victoria Martín, nutricionista de Clínica Menorca, quien nos ha dado una serie de consejos a tener en cuenta.
Qué hacer en los grandes banquetes
- Los primero de todo es tener en cuenta que los banquetes navideños son seis (24, 25 y 31 de diciembre, 1, 5 y 6 de enero) y que estos son los excesos que podemos cometer siguiendo estas pautas. Sin embargo, si con la 'excusa' de la Navidad, el desorden alimenticio se convierte en rutina no tenemos nada que hacer.
- Si se limitan los excesos a estas seis ocasiones, no se ganará peso, incluso se puede perder. Hay ciertos platos 'de fiesta' que son light, como los pescados, las aves asadas, el marisco cocido o los ahumados. Algunas propuestas podrían ser almejas a la marinera, sin harina, o berberechos al vapor (entrantes); crema de puerros con leche desnatada y cebollita rehogada o alcachofas pequeñitas con langostinos salteados (primeros); besugo al horno con una cama de cebollas o chuletitas de cordero a la plancha con boletus salteados (segundos).
- No comer cantidades abundantes y no abusar de los entrantes. La abundancia de alimentos a nuestro alcance hace que comamos más cantidad y no estamos acostumbrados. A nuestro estómago los excesos le sentarán mal.
- Comer despacio para evitar los empachos. Tómate tu tiempo para comer, mastica bien los alimentos y espera al menos 10 minutos antes de servirte de nuevo, es el tiempo que necesitas para sentirte saciada.
- Los dulces tienen muchas calorías. No es necesario renunciar al turrón, a los polvorones ni al roscón de Reyes, pero hay que comerlos con moderación. Sírvete en un platito y después no piques más. Elige entre el roscón de reyes, un postre casero como flan o natillas, sorbetes, helados o dos piezas pequeñas de turrón, mazapán o polvorón.
¿Y qué hacemos con los compromisos extra?
Además de las seis fiestas navideñas tradicionales puede haber comidas extras en el mes. "Si son una vez a la semana, no hay peligro si se compensa el resto de la semana con una dieta hipocalórica", nos comenta la experta. Si, por el contrario, se repiten más de una vez en semana, "hay que compensar cada exceso con comidas o cenas light". Por ejemplo, caldo de ave con verduras troceadas y un filete de pollo o pescado a la plancha, o bien espárragos aliñados con aceite de oliva y salmón ahumado, como comida. Ensalada variada (varias lechugas, con tacos de pavo y tomates cherry) o consomé de verduras y tortilla francesa como cena.
Alcohol y dulces, grandes enemigos
Si eres golosa, la Navidad se convierte en una doble tentación. "Procura no tener bandejas con dulces navideños en casa y limita su consumo a los seis festejos clave. En cuanto al alcohol, también es mejor limitarlo a las ocasiones especiales y beber un máximo de dos copas de vino de buena calidad, tanto blanco como tinto". La doctora nos asegura que sus taninos, vitaminas, tartratos y sales minerales tienen importantes propiedades para el organismo: puede ser un protector cardiovascular y contribuye a la eliminación de toxinas, pero siempre que se consuma con moderación.
Para otro tipo de alcoholes como whisky, ginebra, vodka, champán brut o vermú se recomienda no pasar de una copa a la semana. Y en cuanto a los refrescos, se puede tomar light o caña de cerveza (no latas) un máximo de uno al día, los días de las fiestas o en salidas especiales. Y muy importante, no olvides beber dos litros de agua al día.
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