Desde la infancia hemos asociado que para pasar un buen rato tenemos que estar comiendo algo, como las palomitas en el cine y las patatas fritas frente a la televisión. A veces tenemos algo de hambre y para pasar el rato tiramos de estos productos, pero otras veces es un simple acto reflejo que está asociado a cierta sensación de placer que nos proporciona sentirnos entretenidos a la vez que calmamos el gusanillo del estómago con un alimento sabroso o dulce.
Sin embargo, las patatas fritas de bolsa son una mala elección, pues en muchas ocasiones lo que menos encontraremos en su composición es patata. Algunas de ellas se producen como una pasta que luego es laminada con forma patata, como ocurre de hecho con los embutidos. Entre sus valores nutricionales encontramos fácilmente un alto contenido de grasas y azúcares.
Qué valores nutricionales tienen los 'snacks feos'
Hemos denominado como “snacks feos” a aquellos que a simple vista, por su etiquetado, nos dan la sensación de que nos están dando gato por liebre. Fácilmente podemos intuir que no son muy sanos y que son un “capricho” de calorías con el que transgredir un poco las normas: un puro placer culpable.
Tomamos como ejemplo unas patatas “gourmet”, que sí tienen forma de patata frita y que en sus ingredientes se especifica que solo encontraremos patata, aceite de girasol y sal. Por cada 100 gramos de este snack encontramos 506 Kcalorías (el 15,20% de lo que un adulto debería ingerir en todo un día) y 0,5 gramos de azúcar (un 0,30% de lo que deberíamos consumir al día).
Sin embargo los valores de azúcar se disparan cuando tomamos como ejemplo otra patata de la misma marca, pero con sabor a jamón serrano y con una composición plagada de potenciadores de sabor, aromatizantes y extractos: 1,8 gramos de azúcar por cada 100 gramos de “patatas”, algo más de tres veces más de azúcar y 517 kcalorías.
Ahora tomamos como ejemplo un snack de maíz infantil, con forma de bolsas de “gusanitos”. Por cada 100 gramos encontramos 477 Kcalorias, 19 gramos de grasas y 5,8 gramos de azúcar.
Leer: Consigue que las verduras te queden deliciosas
Como conclusión los tres snacks con aspecto industrial tienen un aporte similar de calorías, y cuanto más aspecto artificial (más sabor o más colorante) más azúcares tienen.
¿Los 'snacks' industriales pero saludables son mejores?
Ahora evaluamos unos snacks con un envase que transmite ser saludable, un tentempié sano que se etiqueta como producido con trigo integral con pipas. Al leer sus ingredientes descubrimos que solo el 35% de su composición es de trigo integral, y tiene otro 33% de trigo procesado, y un 14% de aceite de girasol. En la parte frontal del envoltorio dice que está frito en aceite de oliva, y tiene razón, pero cuando se leen cuidadosamente los ingredientes se descubre que de oliva solo se utiliza un 4% mientras que se añade un 14% de aceite de girasol.
Como resultado, este snack que parece más saludable que unos gusanitos de naranja radiactivo que antes hemos revisado, descubrimos que aportan 485 Kcalorías por cada 100 gramos y 1,6 gramos de azúcares. Es decir, aproximadamente lo mismo que los snacks poco saludables.
Leer: Descubre las propiedades saludables de estas verduras casi desconocidas
Un abanico de alternativas vegetales y saludables
Hacer un snack casero no roba demasiado tiempo, y estamos garantizando que todo lo que ingerimos es lo que dice ser. También puede convertirse en un placer, pero podemos deshacernos de la culpabilidad de disfrutar de un momento de sofá y “fritos” si minimizamos al máximo su impacto sobre nuestra salud.
Rábano, calabacín, manzana o zanahoria. Entre ellos existen algunas diferencias calóricas pero están a años luz de las que aportan los snacks industriales. Puedes permitírtelo. Simplemente aplicales un corte fino utilizando un pelador y frielas con abundante aceite de oliva. Después sazona al gusto con sal, aunque una alternativa aún más saludable y más gustosa es utilizar especias: tomillo, romero, hinojo, ajo en polvo, orégano o pimentón.
Aunque la patata es la estrella de los snacks industriales, y puedes recurrir a ella, la lista de vegetales que pueden pasar por tu cortador es larga: plátano, berenjena, boniato, calabaza, remolacha. Para aderezarlos también puedes exprimir sobre ellas el zumo de un limón o mojarlas en la rayadura de un tomate con una pizquita de sal.
Leer: Los beneficios de la fruta deshidratada