Dr. Eduardo Junco

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¿Quién no ha padecido digestiones pesadas, malas digestiones, vientre hinchado, gases o  muchas otras molestias digestivas en algún momento y muy especialmente durante las fiestas navideñas? La dispepsia, que así se conocen en medicina al conjunto de estos síntomas, es un proceso recurrente, benigno y de evolución crónica que afecta a un gran número de personas en nuestro entorno en el mundo occidental.  Las causas de esta patología son variadas y diferentes de unas personas a otras, pero casi siempre están relacionadas con malos hábitos dietéticos, excesos en la comida o ingestión de alimentos con mala tolerancia.

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¿Qué es la dispepsia?

El conjunto de síntomas que afectan a la parte alta del aparato digestivo, esófago, estómago, duodeno y vesícula biliar, y que se caracterizan por malas digestiones, digestiones pesadas, ardor gástrico, flatulencia, vientre hinchado, pesadez postprandial (después de la comida) y sensación de plenitud gástrica son las características clínicas de la dispepsia. Esta situación se asocia, casi siempre, a comidas copiosas, bebidas alcohólicas, alimentos indigestos e hipercalóricos y la preparación de menús con abundantes salsas, grasas y especias.

La incidencia de la dispepsia funcional es muy elevada. De hecho, el 40% de la población la ha padecido en más de una ocasión a lo largo de su vida. Además, se trata de una causa muy frecuente de consulta médica y de automedicación.

El diagnóstico de la dispepsia funcional se basa en la exclusión previa de patologías digestivas más serias y que pueden ser similares por sus síntomas. Por ejemplo, hay que hacer pruebas para determinar que no se trata de una infección por Helicobacter pylori, reflujo gastroesofágico, esofagitis, úlcera de estómago, cálculos biliares o cualquier otra alteración orgánica, sistémica o metabólica que justifique esa sintomatología

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Síntomas de la dispepsia

Los síntomas tienen su origen en el trastorno de la motilidad, la secreción o la sensibilidad en la región esofagogástrica y duodenal. Son los siguientes:

• Distensión, dolor y malestar en el abdomen superior.
• Ardor gástrico, gases y pesadez postprandial.
• Digestión lenta, vientre hinchado, flatulencia y plenitud abdominal.
• En algunos casos náuseas y vómitos.

Hábitos de comida

Aquellas personas que sufren dispepsia funcional de forma crónica y recurrente, una vez descartadas otras patologías, deben observar qué situaciones y qué alimentos les perjudican y, por tanto, modificar sus hábitos dietéticos y su régimen de vida. Por ejemplo, puede ser de gran ayuda:

• Evitar el estrés y la ansiedad, practicar hábitos alimenticios sanos con horarios ordenados y regulares, con comidas frecuentes y escasas.
• Comer despacio, masticar adecuadamente y de forma prolongada y eficaz.
• Evitar aquellos alimentos que, previamente, han sentado mal (picantes, vinagre, grasas, ácidos, fritos, café, etc.)
• Tomar alimentos frescos y naturales, poco condimentados.
• Los alimentos prebióticos o que contengan probióticos, suelen ser beneficiosos.
• Evitar el tabaco y el alcohol.
• Evitar fármacos que irriten la mucosa gástrica, sobre todo acetilsalicílicos y antiinflamatorios no esteroideos.

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Qué tomar para las digestiones pesadas 

Además de las medidas dietéticas de prevención, existen diversos medicamentos que, si se toman con prescripción médica, y siguiendo las indicaciones del especialista, controlan los síntomas y mejoran la calidad de vida del paciente.

Los antiácidos, por ejemplo, se utilizan desde hace décadas para estos episodios con buenos resultados. Los medicamentos procinéticos, que favorecen el tránsito y el vaciamiento gástrico, también son eficaces. Los ansiolíticos, por su parte, son otros de los fármacos que han sido prescritos para tratar los síntomas de la dispepsia. Sin embargo, en la actualidad, los medicamentos antisecretores e inhibidores de la secreción de ácido clorhídrico son los remedios farmacológicos más utilizados y de mayor éxito.

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