Cuando el otoño se despide para dar la bienvenida a la estación más fría del año, además del regreso de los abrigos a nuestro armario, también vuelven las típicas enfermedades propias de la temporada. Gripes, catarros, bronquitis… Todos los cuidados son fundamentales a la hora de prevenir y mejorar los síntomas de las mismas. Además de las obligatorias visitas a nuestro médico para evaluar nuestro estado de salud y conocer un diagnóstico preciso, lo cierto es que existen numerosos remedios para aliviar los signos de tales dolencias en nuestro organismo. La congestión nasal es una de las señales propias de enfermedades comunes como el resfriado o la gripe y se manifiesta en la inflamación de los tejidos que recubren las fosas nasales. La congestión nasal, por tanto, convierte cualquier proceso catarral o vírico en un camino doblemente incómodo para quien lo padece. Además de los medicamentos que nos prescriba nuestro médico, existen diferentes productos que podemos encontrar en nuestro hogar y que mitigan, utilizados convenientemente, las sensibles molestias de la misma.
Jengibre y Limón
El jengibre contiene importantes propiedades descongestionantes y alivia los incómodos síntomas del catarro. Su raíz contiene dos potentes componentes que actúan directamente en los procesos catarrales: shogaoles y gingeroles, con propiedades analgésicas, antihistamínicas, antitusivas y antioxidantes. Estos beneficios unidos a los del jugo de limón ayudan a la eliminación de toxinas de nuestro cuerpo. Una combinación que se perfila como gran aliada en procesos catarrales.
Ajo y cebolla
De nuevo la fusión de dos productos puede transformarse en una importante fórmula para suavizar los efectos de la congestión nasal. Tanto la cebolla como el ajo poseen propiedades expectorantes y antibióticas que, además de mitigar la congestión nasal, ayudan a la expulsión de flemas, así como a terminar con la tos. La bebida de cebolla y ajo se convierte así en un conocido remedio casero muy beneficioso para despejar las vías respiratorias gracias sus propiedades expectorantes y antiinflamatorias.
Vapor con menta, hinojo y eucalipto
Aspirar el vapor de estas tres plantas ayuda a limpiar y descongestionar las fosas nasales cuando hay exceso de mucosidad. Para conseguir el efecto buscado se debe hervir agua y añadir tres o cuatro gotas de aceite esencial de menta, hinojo o eucalipto (se pueden incluir las tres). Se aconseja inhalar su vapor durante 10 o 15 minutos dos o tres veces al día para eliminar toda la mucosidad.
Solución salina
El agua con sal es uno de los remedios más efectivos para descongestionar los orificios nasales en procesos catarrales. Si no tenemos suero fisiológico en nuestro botiquín, fabricar nuestra propia solución salina es muy sencillo. Se consigue disolviendo una cucharada de sal en un vaso de agua tibia y se aplica con la ayuda de un gotero o, en su defecto, una jeringuilla con el fin de ejercer presión en las vías respiratorias.