Hace unos días, la imagen de Sully junto al féretro de su dueño, nada más y nada menos que George Bush padre, dio la vuelta al mundo. El labrador es un perro de asistencia al que se le encomendó la tarea de acompañar y asistir al expresidente de los Estados Unidos, que sufría alzhéimer. El animal estaba entrenado para ayudar a Bush en multitud de tareas. Y Sully le fue fiel hasta el último día. Incluso días después de su muerte.
De hecho, muchos nos hemos preguntado qué será de él y cómo pasará el duelo por la pérdida. Nos lo aclara la veterinaria Sonia Sáez, de Purina España. "Cualquier perro que pierde un ser querido sufre la pérdida; estamos hablando de seres vivos muy emocionales que han tenido un vínculo muy estrecho con su dueño/a. Igual que nosotros, necesitan sentirse arropados, queridos y que tienen a alguien a quien querer. Los perros dan de manera incondicional sin esperar nada a cambio, y están abiertos a volver a querer a quién le abra las puertas de su casa y de su vida. En concreto, los perros de asistencia son muy conscientes de cuál es su misión, así que si toca asistir a alguien nuevo se volcarán totalmente en esa persona, pero sin olvidar nunca a aquellos que estuvieron y ya no están". De hecho, Sully prestará su ayuda a otra familia o a otros pacientes que lo necesiten. Como otros muchos animales de asistencia hacen día tras día.
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Perros de asistencia y de terapia
Además de Sully, son muchos los perros anónimos a los que se les ha encargado la misión de hacernos la vida más fácil, bien sea como perros guía, detectores de explosivos, estupefacientes, perros que nos ayudan a leer o verdaderos terapeutas que interactúan con niños con dificultades.
Es el caso de los perros pertenecientes al proyecto 'Un perro, un niño feliz', que está llevando a cabo la Fundación Ana Carolina Díez Mahou con niños que padecen enfermedades neuromusculares y mitocondriales, bajo la coordinación de la Oficina de Intervención Asistida con Animales de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y con el apoyo de Dingonatura. En este proyecto, tras varios meses, los pequeños han experimentado una notable evolución en los ámbitos de desarrollo motor, interación social y expresión lingüística, gracias a la interacción con los perros y a la creación de lazos emocionales, lazos que han mejorado su autoestima y sus capacidades individuales.
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Gracias también a la ayuda de Dingonatura ha sido posible otro proyecto cuyo objetivo es ayudar a los escolares que tienen dificultades de aprendizaje. Se trata de 'Perros y Letras', una iniciativa que mejora las habilidades de lectura de los niños mediante la intervención de perros especialmente adiestrados para leer con ellos. De hecho, su éxito radica en la conexión emocional que se establece entre el perro y el niño que lee para el animal, quien interactúa con el joven lector motivándole a seguir haciéndolo.
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La asistencia con perros guía de la Fundación ONCE es uno de los servicios más conocidos. Estos animales están adiestrados para ofrecer a las personas con una discapacidad visual mayor movilidad, salvando los obstáculos que se encuentran en sus desplazamientos e incrementando su seguridad. Tal como señala la Fundación, "la diferencia de pasar de moverse con un bastón a hacerlo con un perro guía supone un salto cualitativo y una sustancial mejora de su autonomía".
Héroes de cuatro patas
Por supuesto, no nos podemos olvidar de aquellos perros que exponen su vida para localizar cuerpos bajo los escombros de un terremoto, tras un alud, aquellos que detectan explosivos, drogas, etc. Son valientes cuyo trabajo, que no podría desempeñar un humano, por el simple hecho de carecer de un sistema olfativo tan desarrollado como el de los canes, puede salvarnos la vida.De hecho, para dar visibilidad a la importante labor diaria que desempeñan las unidades caninas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, nació la organización sin ánimo de lucro Héroes de 4 Patas.
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Esta ONG, además, tiene como objetivo ofrecer una retirada digna a estos animales y, para ello, ha lanzado en paralelo la iniciativa 'Adopta un Jubilado', proyecto en el que participan, con su calendario, numerosos rostros conocidos, que quieren poner su granito de arena para que la sociedad devuelva parte del esfuerzo y dedicación que nos han brindado estos verdaderos héroes.
Pero, ¿quiénes son? ¿tienen que tener unas características especiales para desempeñar los trabajos que se les ha encomendado?
Entrenamiento y mucho amor
A pesar de que solemos asociar un tipo de razas con este tipo de 'misiones' cualquier perro puede llevarlas a cabo. "Lo realmente importante es el carácter. Es verdad que se suelen usar algunas razas en concreto porque se conocen ciertas aptitudes particulares que encajan con lo que se necesita, pero no es un elemento limitante", recuerda la veterinaria. Eso sí, es importante que haya sido debidamente entrenado, a poder ser, a partir del año, cuando se ha terminado su proceso de socialización. Asimismo, deben contar con unos determinados rasgos. Por ejemplo, "ser disciplinados, obedientes y, sobre todo, disfrutar lo que están haciendo. En general, el carácter que se busca es específico a la labor que van a desarrollar: los perros de terapia suelen ser más juguetones y dinámicos, mientras que los de asistencia se les requiere que sean más estrictos. El carácter es un atributo identificado, pero una correcta formación también es indispensable", señala la experta.
Y es que, solo por el hecho de ser perros, ya tienen mucho ganado. "Tienen una capacidad innata de conectar con las personas y sacar lo mejor de nosotros. También es cierto que la función de los educadores y técnicos es indispensable: horas de dedicación, entrenamiento, corrección y vuelta a empezar de nuevo, junto a mucho cariño, mimos y premios nos permite tener a nuestro lado estos pequeños héroes peludos que nos facilitan la vida a muchos", afirma la veterinaria de Purina, compañía que cuenta con un programa de voluntariado para acoger durante un año a futuros perros de asistencia.