Controla estos alimentos para paliar el colon irritable

El síndrome del colon irritable actúa alternando fases de diarrea y estreñimiento, por lo que es muy difícil determinar una dieta que sirva para ambas situaciones contrarias. Sin embargo, hay algunas pautas a tener en cuenta para minimizar los efectos de este síndrome.

por Cristina Soria

Aunque este desorden intestinal sigue siendo un gran desconocido, lo cierto es que afecta al 10% de los españoles. Es una enfermedad que se vive en la intimidad, pues provoca un amplio abanico de síntomas tan extremos como el estreñimiento y la diarrea, además de malestar intestinal y dolor abdominal. 

Este síndrome no siempre es crónico. En ocasiones es provocado por el estrés o por vivir situaciones que llevan al límite nuestro carácter, tales como un disgusto muy profundo o una vivencia traumática. Tal vez puedas reconocer en tus experiencias pasadas alguna situación estresante que te produjo diarrea o estreñimiento: lo que ocurre en esos casos en tu intestino es muy similar al síndrome del colon irritable. 

La diferencia entre un episodio aislado y este síndrome es su duración, y para que no se prolongue debemos cuidar lo que comemos y así esquivar un empeoramiento que convierta lo temporal en crónico. Pese a que esta enfermedad tiene su raíz en un acontecimiento emocional, la forma de amortiguar su efecto y erradicarlo tiene que ver con nuestra dieta.

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El síndrome del colon irritable dificulta la calidad de vida de las personas que lo padecen, porque son muy sensibles a ciertos alimentos y, pese a que existe una orientación sobre qué productos son aconsejados cuando se padece el síndrome del colon irritable y cuáles son conflictivos, no son indicaciones que se deban tomar al pie de la letra de forma general, porque los que a unas personas no les afectan, a otros podrían provocarle diarrea o estreñimiento.

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Cuestión de azúcar

Deberíamos desconfiar de las frutas dulces, con alto contenido en fructosa. Aunque desterrarlas de nuestra dieta es una decisión que debe tomar un profesional de la nutrición, lo cierto es que cuando la fructosa no se asimila por nuestro cuerpo de forma natural, queda acumulada en el intestino e inicia un proceso de fermentación que genera posteriormente gases, dolor del abdomen y diarreas. Se recomienda por regla general las peras y manzanas, los plátanos y los pepinos.

Y algo similar ocurre con el sorbitol, pues este edulcorante está presente en las bebidas light y zero y también dificulta nuestra digestión quedando retenido en el intestino grueso y fermentando. Para reconocer el sorbitol en el etiquetado de alimentos industriales, ten en cuenta que se utiliza su código: E-420.

Otro tipo de azúcar es la lactosa y, según los estudios, el 30% de quienes padecen este síndrome son ya de por sí intolerantes a la lactosa o se han convertido en intolerantes mientras convertían este síndrome en crónico.

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Fibra con moderación

Este síndrome admite los dos extremos: la diarrea y el estreñimiento, por fases. Cuando se experimenta una época de estreñimiento severo sería muy razonable recurrir a la fibra. Sin embargo esto puede acarrear un efecto rebote, pues para la diarrea la fibra insoluble es muy perjudicial, y no estamos exentos de caer en esa fase pasados unos días. 

Es recomendable ir añadiendo la fibra de forma progresiva, y mantenerla incluida en la dieta de forma estable, pero siempre con moderación.

Probióticos para la regeneración de la flora

Los alimentos con probióticos pueden ayudar a controlar los efectos del síndrome del colon irritable. Sin embargo, resulta paradójico que generalmente se trate de derivados lácteos, y se estima que la lactosa es un nutriente claramente perjudicial para quienes padecen esta dolencia.

Los probióticos son organismos vivos que ayudan a regenerar la flora intestinal y aunque suelen estar presentes en derivados lácteos, también los podremos encontrar en otros alimentos fermentados a partir de la soja, como el tofu o el tempeh y el chuchrut, que es un tipo de col fermentada.

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