El apio pertenece a la misma familia del perejil y la zanahoria y es un alimento autóctono de la cuenca mediterránea que ha acompañado a las civilizaciones egipcias, griegas y romanas desde épocas ancestrales. Era incluso la hortaliza que se les ofrecía a los dioses en las ceremonias religiosas griegas, porque ya entonces se comprendían los beneficios que aporta.
Hoy la consumimos generalmente en purés y sopas, pero su aparición estrella la realiza en dips para mojar con humus o incluído en zumos (de tomate, el más popular). Cualquier momento es bueno para tomarlo, porque su sabor tiene personalidad pero no es muy fuerte, por lo que puede acompañar a otros alimentos sin resultar pesado.
Esta verdura consigue un reto que pocas logra, y se trata de mantener la mayoría de los nutrientes aun habiendo sido cocinada al vapor o hervida. Entre el 83% y el 99% de sus antioxidantes quedan intactos tras su cocción y evitan disolverse en el agua.
Sus beneficios son muchos y muy variados, pero entre sus nutrientes destaca un alto contenido en potasio y vitaminas A, C y B, fibra y ácido fólico.
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Cuatro cualidades importantes para perder peso
El apio es diurético, pues su alto contenido en potasio produce la estimulación de producción de orina, por lo que ayuda a luchar contra la retención de líquidos y a la vez es útil en la eliminación de toxinas.
Ya de por sí, evitar la retención de líquidos es muy positivo, pero además el apio es saciante gracias a su alto contenido en fibra dietética, por lo que calmará nuestro apetito y favorecerá que no nos pasemos de la raya con la comida. Según un estudio de Annals of International Medicine, consumir alimentos con fibra de forma regular es el primer paso para reducir el peso, y en esto el apio puede ser un gran aliado.
Entre sus propiedades se enumera la activación de metabolismo, que aporta un tercer beneficio para perder peso, pues ayuda a que el organismo a procesar los nutrientes. Y como broche a sus beneficios adelgazante, el apio es una hortaliza baja en grasas y con muy pocas calorías. ¿Se puede pedir más?
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Bueno para el colesterol y el sistema digestivo
La fibra no solo tiene una función saciante, sino que en el caso del apio también ayuda a regular el colesterol eliminando el exceso de grasa en el intestino. Según un estudio reciente de la Universidad de Chicago, los doctores William Elliott y Quang T. Le determinaron que el apio es capaz de acabar con un 7% del colesterol malo, y eso repercute en otro efecto beneficioso pues la presión arterial se reduce así en un 14%. En sus estudios encontraron una disminución de la presión arterial en solo un par de semanas consumiendo apio todos los días, bajando de un nivel elevado de 158 sobre 96 a un nivel normal como 118 sobre 82.
Un estudio del Colegio de Farmacia de la Universidad King Saud ha determinado que el apio, además, ayuda a mejorar el tejido interno del estómago, por lo que consumiéndolo estaríamos favoreciendo su fortaleza y previniendo úlceras. Esto, además, se traduce en una mejor digestión y en menos posibilidad de padecer acidez estomacal y reflujo. Otro estudio de la Annals of Otology recomienda el consumo de apio diariamente para favorecer los movimientos intestinales y beneficiar a nuestra salud digestiva.
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