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Según explica el comparador de seguros Acierto.com, cuando se acoge a una mascota, especialmente un perro, se adquiere también la responsabilidad de responder ante cualquier imprevisto, accidente o percance que esta cause. A pesar de que con una buena educación, si es necesario, de la mano de un especialista en etología canina, estos animales de compañía no tienen por qué suponer un peligro, sí es cierto que en algunos casos pueden actuar de forma imprevisible, y hay que saber cuáles son nuestras obligaciones.
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Por ejemplo, y tal como señala la compañía, si el animal ha agredido a una persona se iniciará un proceso de valoración, independientemente de si el afectado ha denunciado. Esta notificación la puede llevar a cabo el propio afectado, la Policía o el centro médico y se deberá notificar al organismo encargado de los ataques de animales de cada localidad.
Asimismo, se deberá llevar al animal al centro integral de acogida de animales, junto a su cartilla sanitaria con las vacunas al día, la documentación del chip y, si se trata de un perro potencialmente peligroso (PPP), se solicitará también la licencia para tener este tipo de animales, así como su inscripción en el registro de PPP y un seguro de responsabilidad civil, obligatorio en estos casos. El centro tendrá al animal en cuarentena durante 14 días para valorar su comportamiento y determinar si puede ser peligroso para otras personas.
Si por cualquier motivo el animal fallece antes de terminar el periodo de observación, se realizará un análisis del tejido encefálico para determinar si puede estar afectado de rabia.
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¿Se sacrifica al animal?
El sacrificio del animal tiene que estar justificado porque suponga un peligro, siempre es la última opción a la que recurrirá el veterinario del centro y, en general, no se realiza antes de finalizar la cuarentena. Esta, por otra parte, se puede realizar el propio centro o en el domicilio si se estima oportuno y dependiendo de la agresividad del animal.
Al concluir la cuarentena, se emitirá un dictamen y se establecerán las medidas oportunas para la 'reinserción' del animal si es posible que pueden ser reeducación, o llevar bozal, por ejemplo.
Por otro lado, al dueño del animal se le puede pedir la responsabilidad civil de hacerse con los gastos médicos o veterinarios que su perro genere.
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