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"El fracaso es un sentimiento que nace mucho antes de que se convierta en un resultado real". Esta reveladora frase extraída del libro de memorias de Michelle Obama, Becoming, llamaba poderosamente la atención de Oprah Winfrey, tal y como ella misma revelaba en una entrevista publicada en la edición norteamericana de la revista Elle. "Me gusta mucho. Creo que debería estar en una camiseta", le confesaba la periodista a la antigua primera dama norteamericana. "Es una vulnerabilidad que engendra la duda y luego se intensifica, a menudo de forma deliberada, por el miedo", continua la esposa de Barack Obama en su obra, confesando una fragilidad que, según ella misma, la ha acompañado durante mucho tiempo y que choca con su poderosa imagen.
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Pero nadie está exento del miedo al fracaso. Tal y como ya señalábamos hace unas semanas, el fracaso es un concepto subjetivo creado en torno a unas percepciones negativas basadas en la experiencia, que surgen desde nuestra más temprana infancia. No obstante, equivocarse forma parte del aprendizaje humano y si sabemos cómo gestionar correctamente nuestras vivencias podremos convertir nuestros errores en enseñanzas, que nos prepararán para no cometerlos nuevamente en el futuro. Pero antes de que se materialicen esos fracasos, nuestros miedos e inseguridades pueden jugar un papel fundamental a la hora de engendrarlos.
Según el coach Álvaro López, "nuestros pensamientos son el origen de nuestros comportamientos". Punto en el que coincide plenamente con la propia Michelle.
La clave, visualizar el éxito y no el fracaso
Así pues, el autor señala que "una creencia limitante habitualmente desemboca en una conducta limitante". Al igual que sucede en el terreno deportivo, visualizar nuestros triunfos (a través de procesos mentales guiados) harán que nos acerquemos más a ellos y que acaben por convertirse en una realidad. Así, aprender a identificar aquello que nos impide avanzar en la dirección deseada es clave para el éxito. De este modo, también López señala varias conductas a evitar que todos hemos sufrido y que alimentan ese temprano sentimiento de fracaso. Estas pueden ser los aplazamientos constantes de cosas importantes, una obsesión enfermiza por la perfección o dar demasiadas vueltas a las cosas antes de tomar una decisión en firme.
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Entonces, ¿cómo dibujar ese escenario favorable en el que se cumplen todos nuestros objetivos? Para empezar, es importante diferenciar este complejo proceso de la mera imaginación, un factor completamente inconsciente y arbitrario. En realidad, la visualización no es otra cosa que una estrategia de nuestra mente para prepararse ante la consecución del éxito y no se vea desbordada ante él. Asimismo, es conveniente asimilar que no es algo mágico que se consiga de manera inmediata. Se trata de una técnica que requiere de un control y cierta habilidad que se adquieren con la práctica. De este modo, el 'mindfulness' ('el aquí y ahora’') y la meditación pueden convertirse en unas excelentes herramientas a tal fin.
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