Una infusión para cada momento del día

Conoce los beneficios de estas bebidas que pueden convertirse en los mejores aliados para estimularnos, reducir las molestias estomacales o conciliar el sueño

por Gtresonline

Las infusiones esconden una larga lista de beneficios para el organismo. Son totalmente naturales, ayudan a eliminar toxinas, activan la circulación, tienen un gran poder antioxidante y, además, no tienen calorías. Estos son algunos de los motivos por los que, desde hace unos años, han ganado adeptos hasta posicionarse como una de las bebidas de moda. Los establecimientos han pasado de contar únicamente con las infusiones más tradicionales, como la manzanilla, la tila y una clase de té, a tener una amplia y exótica carta para todos los gustos y, por supuesto, finalidades. Basta con escoger la bebida idónea para sacar el máximo partido a sus beneficios y disfrutar de cada momento del día.

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¿Para desayunar? Té negro

El té negro es un excelente sustitutivo del café por las mañanas. Se trata del que contiene mayor cantidad de teína, que es la misma molécula que la cafeína, pero carece de los efectos secundarios nocivos como la ansiedad o el nerviosismo tan propios del café. Esta infusión de color ámbar y sabor intenso puede convertirse en un gran aliado para activarte, así como para generar un mayor estado de alerta y concentración. La infusión perfecta para emprender el día totalmente estimulado y no echar de menos el café.

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¿A media mañana? Té rojo

Aunque se realice un buen desayuno a primera hora del día, a media mañana suele entrar un hambre difícil de controlar. Es el momento de coger un tentempié saludable, como un sándwich ligero o una pieza de fruta, y acompañarlo de una bebida que nos ayude a recargar pilas, además de mantener la sensación de hambre a raya. Este té de sabor intenso contribuye a depurar el organismo, reforzar el sistema inmunológico, estimular el rendimiento intelectual y activar el metabolismo. Una buena opción para el último empujón de la mañana.

¿Después de comer? Poleo menta

Digestiones pesadas, ardor estomacal, acidez, hinchazón… Son muchas las personas que sufren algunos de estos síntomas después de comer, especialmente cuando se trata de una gran 'comilona'. En este caso, la mejor opción es finalizar el banquete con una de las infusiones más tradicionales: el poleo menta. Sus compuestos tienen efectos anti espasmódicos, que ayudan a reducir las molestias intestinales.

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¿Hora de merendar? Té blanco

Una vez realizada la jornada y las principales tareas, lo que suele apetecer es relajarse y tomar algo ligero antes de la cena. Para este momento del día, es ideal elegir infusiones aromáticas y suaves, pero que no contengan elementos que nos puedan alterar. El té blanco es la variedad con menos teína y con un mayor número de antioxidantes. Además, esta bebida de aroma y sabor sutiles produce una gran sensación de saciedad.

Sin embargo, como no es recomendable agregarle leche porque pierde sutileza, algo que suele apetecer a esta hora del día, también se puede optar por otras alternativas, como las infusiones de rooibos. Además de no tener teína e incorporar matices dulces, se puede añadir un chorrito de leche o bebida vegetal, así como un poco de miel.

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¿Antes de dormir? Melisa

Después de cenar, hay que optar por infusiones con propiedades calmantes que ayuden a prepararnos para el descanso y conciliar el sueño. En este caso, la melisa es una buena elección. Se trata de una planta de sabor suave que contribuye tanto a relajarnos como a mejorar la digestión. Puedes añadir un poco de leche caliente para potenciar sus efectos y asegurar un buen descanso.