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Normalmente escuchamos la palabra triglicéridos asociada al colesterol, por lo que no es del todo raro que se confundan entre sí. Y aunque es cierto que tienen muchas cosas en común, son dos tipos de grasas diferentes. Eso sí, el exceso de ambas en la sangre puede causarnos problemas cardiovasculares y hepáticos, y ser por lo tanto muy perjudiciales para nuestra salud.
Ambas son lipoproteínas, y su misión es transportar las grasas por el torrente sanguíneo de nuestro cuerpo. Si el colesterol malo (LDL) es una lipoproteína denominada “de baja intensidad”, los triglicéridos son de “muy baja intensidad”. Esto significa que ambas indican que hay un exceso de grasa en nuestro cuerpo, con todos los riesgos que esto implica.
Qué significa tener un nivel alto de triglicéridos
Aunque puede haber causas genéticas o ser la consecuencia de un tratamiento con determinados medicamentos, como los corticoides, lo cierto es que un elevado nivel de triglicéridos es síntoma de un estilo de vida poco saludable. El sedentarismo y la mala alimentación suelen ser los culpables de que se dispare su porcentaje en sangre, y como solo podemos saber de ellos a través de una analítica, es preciso que nos cuidemos bien entre una revisión médica y otra.
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Estos hábitos aumentan el nivel de triglicéridos
La mejor manera de evitar que nuestro nivel de triglicéridos en sangre esté por encima de lo debido, es evitar una serie de hábitos que hacen que aumente sin que podamos darnos cuenta.
- Un estilo de vida sedentario o no realizar el suficiente ejercicio físico provoca que nuestro organismo acumule más calorías de las que necesita y las transforme en grasas. Y estas grasas serán transportadas por el torrente sanguíneo en forma de triglicéridos, con la intención de ser almacenadas de manera innecesaria.
- El exceso de hidratos de carbono en nuestra alimentación puede disparar el índice glucémico y transformar en grasa todo lo que comamos. No es cuestión de que los elimines, pero procura no abusar del pan blanco ni de otro tipo de harinas refinadas, como la pasta, y elige mejor las opciones integrales.
- Las grasas animales, sobre todo las que proceden de la carne roja y de los lácteos enteros, pueden dificultar la digestión intestinal. Entonces estas grasas son arrastradas por los triglicéridos hasta las reservas de lípidos.
- Cuidado con los azúcares añadidos, se encuentran en alimentos ultraprocesados, refrescos y bollería, y hacen que los alimentos que los contienen se conviertan en grasa para almacenar, elevando así el nivel de triglicéridos.
- Un bajo consumo de vegetales reduce la cantidad necesaria de fibra vegetal en nuestro organismo. Esta fibra es necesaria para moderar el índice glucémico y evitar que los azúcares se liberen en exceso en el organismo, porque si no estos azúcares acabarán convirtiéndose en grasa.
- El consumo de alcohol es fatal para los triglicéridos, ya que es difícil de digerir para nuestro hígado y tiene un alto nivel calórico. Tenlo en cuenta si tu nivel de triglicéridos aumenta en algún momento.
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Y estos ayudan a que bajen
Ayuda a tu organismo a mantener un nivel bajo de triglicéridos siguiendo una alimentación equilibrada, rica en frutas, verduras y legumbres; opta por aceites vegetales con un alto índice de ácido oleico; incluye en tu dieta una pequeña porción diaria de frutos secos; elige carne blanca y pescado, ya sea blanco o azul; y evita el alcohol y los productos con azúcares añadidos.
Y, por supuesto, di adiós al sedentarismo, ya que es fundamental realizar algo de ejercicio físico diario. Si no estás acostumbrada, empieza dando largos paseos, y en poco tiempo tu cuerpo te lo agradecerá.
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