Hace unos años el término electroestimulación se puso de moda aplicado, sobre todo, al mundo de la belleza y el fitness. Las imágenes de numerosas 'celebrities' (como Paula Echevarría o Sara Carbonero) conectadas a sus chalecos de electrodos y la proliferación de centros en los que se ofrecían estos servicios bajo la promesa de ponerse en forma en tan solo 20 minutos hicieron que este sistema pareciera la solución definitiva para lucir un cuerpo 10 apenas sin esfuerzo. Pero más allá del aspecto estético, esta técnica nació con un objetivo bien distinto, relacionado con la fisioterapia y la recuperación muscular, campos en los que, según Luis Espejo Antúnez, fisioterapeuta, experto en electroterapia clínica y miembro de Asociación Española de Fisioterapeutas, la electroestimulación es realmente efectiva.
¿Cómo funciona?
Consiste en proporcionar una corriente eléctrica con el fin de estimular la placa motora que une al nervio con la fibra muscular, permitiendo que los músculos dañados se contraigan de manera óptima y puedan 'recordar' cómo deben funcionar. Algo muy frecuente en el trabajo diario de fisioterapeutas con pacientes que sufren encamamientos prolongados, sometidos a una cirugía que requiere una inmovilización o, incluso, en adolescentes que tienen un crecimiento muy rápido y comienzan con dolor de espalda, entre otros muchos ejemplos.
¿Qué aplicaciones tiene?
Dentro de la recuperación muscular es empleada en lesiones deportivas que precisen recuperar tanto la cantidad como la calidad del músculo. No obstante, el especialista señala que existen otros campos emergentes donde la aplicación de electroestimulación ha demostrado resultados beneficiosos. Por ejemplo, tras la debilitación de la musculatura del suelo pélvico después del parto en el caso de las mujeres, en hombres con incontinencia urinaria e, incluso, en atrapamientos de nervios periféricos por compresión de la musculatura, pudiendo en algunos casos evitar la cirugía descompresiva.
¿Puede sustituir al ejercicio físico?
El experto considera un error la tendencia actual (motivada principalmente por la escasez de tiempo de ocio de la población) de utilizar la electroestimulación como método sustitutivo al ejercicio o la actividad física voluntaria. Además, incide en sus riesgos. En el llamado 'electrofitness', los aparatos son empleados en muchos centros por personal no cualificado, es decir, "profesionales no sanitarios". Para él, es preciso realizar una valoración inicial para conocer si el paciente es susceptible de su uso, pues en ocasiones se obtienen efectos adversos tras su aplicación por no respetar principios básicos, como el tiempo de descanso para evitar la fatiga del músculo.
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¿Es un método seguro?
Espejo recalca la importancia de que la sociedad conozca que no todos no todos los electroestimuladores cumplen los requisitos para un funcionamiento correcto. "Siempre insistimos a nuestros pacientes que pregunten a los expertos, en este caso, fisioterapeutas, sobre la viabilidad de su uso para los objetivos marcados", apunta. De este modo, todos aquellos aparatos que no estén testados, mediante normas internacionales de electromedicina que marca la legislación europea, no cumplen las condiciones mínimas para ser utilizados en el ámbito sanitario, ya que podría desconocerse el impulso eléctrico que emplean, la naturaleza de la corriente, así como otros aspectos técnicos.
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¿Puede utilizarse en casa?
También existen electroestimuladores especialmente indicados para uso domiciliario, siempre que sean pautados o sigan un plan de trabajo específico e individualizado de recuperación tras una lesión propuesto por un fisioterapeuta. Asimismo, el especialista señala que constituyen una herramienta útil para controlar a pacientes con dolor crónico que precisan de analgesia y estrategias de automanejo del dolor, siempre que su uso sea combinado con otros procedimientos y supervisado por un profesional de la salud, fundamentalmente, el fisioterapeuta.