Terelu Campos ha vuelto a ser operada por tercera vez para realizarse un injerto de piel, tras haberse sometido a una doble mastectomía preventiva con reconstrucción mamaria el pasado 6 de octubre. Según el comunicado médico, esta intervención estaba programada desde la pasada operación y forma parte del proceso de reconstrucción y recuperación de la paciente. En concreto, el injerto de piel se ha realizado porque le "quedó una rayita y le van a hacer un injerto de piel de la operación primaria", declaró Edmundo Arrocet, pareja de la colaboradora de televisión. Según confesaba la propia Terelu, este proceso está siendo largo. Pero se trata de algo habitual que les ocurre a las pacientes que han sido sometidas a este tipo de operaciones. Para entender mejor a qué se enfrentan tras una mastectomía y reconstrucción, hablamos con un especialista para que nos explique cuál suele ser el procedimiento y cuáles son las complicaciones que pueden aparecer en la población general.
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Según explica el doctor Vicente Paloma, cirujano plástico del Centro Médico Teknon, en Barcelona, “una reconstrucción no solo es un acto médico, sino que serán necesarias, al menos, dos o tres intervenciones más para completar la reconstrucción. Por ejemplo, se puede precisar una cirugía más complicada en la que se utilizará un 'colgajo' (piel y grasa de otra parte del cuerpo) para dar mayor forma y volumen o, simplemente, se requerirá un injerto de piel para dibujar la areola, dar color, reparar una zona, etc.". Si la intervención se va a realizar con 'colgajo', la paciente debe ingresar en el hospital. Pero "si se trata solo de reconstruir la areola, en general, no se requiere el ingreso en el centro médico", señala el doctor Paloma.
Asimismo, las pacientes que se someten a este tipo de intervenciones necesitan un seguimiento. Además de las curas, hay que valorar cómo reacciona el tejido, las cicatrices, el organismo ante la prótesis si se ha utilizado, ya que no todas las pacientes evolucionan igual. Y es que las características genéticas de la piel y los tejidos de cada mujer determinan la evolución y, en algunos casos, puede ser más compleja y dolorosa.
"El proceso de recuperación de una paciente que a la que se le ha practicado una reconstrucción mamaria se podría alargar hasta los nueve meses", indica el doctor. "Pasado este periodo, si todo va bien, la paciente solo tendrá que revisarse cada cinco años, aproximadamente, además de realizarse los chequeos oncológicos necesarios", continua. Y es que no hay que olvidar que "una reconstrucción es un camino largo que recorrerán la paciente y el cirujano de la mano y que cada caso es único”, afirma.
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Posibles complicaciones de la cirugía
Si bien la mayoría de las mujeres a las que se les ha practicado una intervención en las mamas evolucionan bien, es cierto que en este tipo de cirugías pueden surgir algunas complicaciones. En este sentido, son tres los riesgos a los que se exponen las pacientes:
- Infección de las prótesis: en el caso de haber recurrido a una reconstrucción con expansores y prótesis, esta es la complicación más severa. De hecho, será necesaria su retirada antes de volver a practicar una segunda reconstrucción.
- Contractura capsular: aunque las prótesis son dispositivos médicos muy avanzados con un porcentaje de riesgo muy bajo de producir rechazo, en ocasiones, el organismo puede formar una cicatriz alrededor del implante, que acabará produciendo una contracción y endurecimiento de la mama, semejante a tener una pelota de tenis. Esto puede producirse tras la radioterapia, que quema los tejidos. Puede causar dolor y malformación. En la mayoría de los casos, es necesario realizar otra operación para quitar esa cicatriz.
- Asimetría: puede aparecer en aquellas intervenciones en las que se ha reconstruido solo un pecho. Debido a la propia cicatriz y a la radioterapia, ambas mamas pueden experimentar diferencias en su evolución, y provocar asimetrías que necesitarán pequeños retoques para ir manteniendo una similitud en cuanto al volumen y forma. Es una de las complicaciones más frecuentes. Sin embargo, no es común que suceda en una mastectomía bilateral.
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"Todas estas complicaciones pueden solucionarse con una segunda intervención que satisfaga a la paciente", afirma el especialista de la Teknon. No obstante, aunque se trate de pequeños retoques, no deja de ser un trastorno para la paciente, que, además, se ha enfrentado anteriormente al trauma psicológico que supone la mastectomía. Por ello, "es esencial que los cirujanos intentemos dejar las mamas lo mejor posible", advierte el experto.
Tipos de reconstrucciones mamarias
Por último, de la mano del doctor Pérez Luengo, cirujano plástico, especializado en cirugía reparadora, plástica y estética, recordamos los tipos de reconstrucciones que se realizan en la mama. Bien sea para aumentar su volumen o para una reconstrucción, se pueden emplear diferentes técnicas:
- Reconstrucción con expansores y prótesis: un expansor es un dispositivo formado por una prótesis mamaria vacía con un sistema valvular de llenado, que se coloca debajo de los tejidos remanentes durante o después de la mastectomía.
- Reconstrucción mamaria con tejidos propios: la piel y el tejido graso es transferido con técnicas microquirúrgicas a la región del tórax. De esta manera, se consigue una mama con aspecto y tacto natural.
- Las reconstrucciones híbridas: cuando no hay una cantidad insuficiente de tejidos donantes se hace necesaria la utilización de materiales protésicos con tejidos aportados con otras técnicas: lipofilling (autoinjerto graso) o transferencias de tejidos regionales de la espalda (músculo gran dorsal).
El cirujano elegirá la mejor técnica para cada paciente. De esta manera, se reducirá el riesgo de complicaciones.
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