A día de hoy, ya somos el segundo país con mayor esperanza de vida, solo por detrás de Japón, dentro de los países que constituyen la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esto, de entrada, ya es una buena noticia y un indicador de que algo estaremos haciendo bien con nuestro estilo de vida.
Pero además se acaba de publicar en The Lancet un estudio realizado por la Universidad de Washington (EEUU) que vaticina que ocuparemos el puesto de los japoneses y seremos el país con mayor esperanza de vida en el año 2040. Aunque lo previsible es que no seamos los únicos que aumenten su esperanza de vida, lo cierto es que en algunos países sorprende que podamos llegar a ocupar el primer puesto. Algunos consideran que nuestro estilo de vida, que incluye alcohol y tabaco, no favorece precisamente la longevidad. Pero quizás se trata de poner el punto de mira en aquello que hacemos bien, no en lo que hacemos mal.
La obesidad no es un problema (todavía)
El estilo de vida se basa en distintos factores, pero la dieta es el principal de ellos. Los países desarrollados son los que tienen acceso a una alimentación más variada y completa, y también en los que más se desarrolla la obesidad. EEUU es el país desarrollado con mayor tasa de obesidad, lo que le supone un problema a la hora de hablar de esperanza de vida.
La dieta mediterránea está relacionada con una mayor esperanza de vida, y eso sin duda nos da puntos. Pero no hay que bajar la guardia: según la “Revista Española de Cardiología” más del 20% de los españoles sufren sobrepeso, así que es mejor no confiarse y disfrutar de tener al alcance de la mano una de las dietas favoritas de la OMS.
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Nos gusta descansar
Es cierto que la siesta yo no es lo que era, pero por suerte no hemos dejada de practicarla siempre que tenemos ocasión de hacerlo. Solo necesitamos 20 minutos al día, que pueden ser en el sofá, para cerrar los ojos y descansar. Ese tiempo es suficiente para cuidar nuestra salud cardiovascular, mejorar nuestra memoria y ponernos de buen humor.
También nos gusta tomarnos descansos en el trabajo. A pesar de tener una de las jornadas laborales más largas de Europa nos las tomamos de manera más relajada. Además, al parecer, esos descansos para el café de media mañana nos relajan, nos dan más energía y cuidan de nuestra salud.
Tenemos un idioma lleno de alegría
Parece que nuestro carácter alegre también está relacionado con nuestra manera de hablar: según un estudio realizado el Universidad de Vermont el español es un idioma alegre (el que más), repleto de palabras relacionadas con el amor y la felicidad. Y ya sabemos que la felicidad, la alegría y el buen ánimo revierten de manera directa en nuestra salud.
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Nuestros puntos débiles: alcohol, tabaco y deporte
A pesar de la Ley Antitabaco de 2006, que prohíbe fumar en lugares de trabajo, bares, restaurantes, etc., un 20% de la población es fumadora, lo que nos convierte en uno de los diez países con más fumadores diarios y en el cuarto dentro de Europa.
Aunque somos un país productor y consumidor de vino, y nos pierde ir de cañas por los bares, los datos referentes al consumo de alcohol son algo más positivos, ya que menos del 10% de la población abusa del alcohol con regularidad. Además, la ingesta anual de alcohol ha disminuido casi dos litros por persona en los últimos 15 años.
En cambio, la práctica habitual de ejercicio sigue siendo una asignatura pendiente, ya que estamos a la cola de Europa: menos del 50% de los mayores de 15 años realizan algún tipo de ejercicio con frecuencia.
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