Para comer sano sabemos de antemano que, al menos al principio, es necesario hacer algunos sacrificios y cambiar determinados hábitos. Pero en ocasiones cometemos fallos que nos suponen un esfuerzo innecesario, ya que no nos ayudan en nada a lograr nuestros objetivos.
Eliminas los carbohidratos de la dieta
Los nutricionistas advierten del riesgo que supone para nuestra salud eliminar los carbohidratos de nuestra alimentación, ya que son nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita. Aunque la recomendación es que en nuestra dieta prioricemos el consumo de vegetales y proteínas, es fundamental que no nos olvidemos de los carbohidratos a la hora de comer. Eso sí, busca carbohidratos saludables, como el que encuentras en el aguacate, el arroz, la patata, la pasta o los plátanos; y evita aquellos que te perjudican, como los que aporta la bollería industrial.
Pensar que la solución está en los productos 'light'
Un potente trabajo de marketing por parte de las empresas alimenticias ha logrado que consumamos alimentos light con toda la tranquilidad del mundo, pensando que no nos van a engordar. Y aunque es cierto que muchos cuentan con el 30% menos de calorías que el producto de referencia, siguen siendo productos muy calóricos. Si quieres cuidar tu alimentación y perder peso lo que debe primar en tu dieta son las verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, etc...
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Romper con todos los buenos propósitos cuando llega el fin de semana
La intención es que poco a poco interiorices hábitos alimenticios saludables que puedas seguir a diario, independientemente de que sea lunes o sábado. Hacer grandes sacrificios de lunes a viernes y desquitarte los fines de semana puede tirar por tierra todos los esfuerzos que habías hecho. Procura mantener la coherencia y los buenos hábitos sin importarte el día de la semana. Uno de los principales problemas del fin de semana es el consumo de alcohol, que no contabilizamos como calorías ingeridas, al tratarse de un líquido. Pero piensa que una botella de vino puede ser el equivalente calórico de las restricciones de toda la semana.
Olvidarte de hacer ejercicio físico
Perder peso y mejorar nuestra salud requiere que sigamos una dieta adecuada, por supuesto. Pero además de cuidar nuestra alimentación, debemos realizar algún tipo de actividad física. El ejercicio no solo mejora nuestra salud, a todos los niveles, también nos puede ayudar a gastar más calorías de las que consumimos y, por lo tanto, a perder peso.
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O pensar que hacer deporte nos libra de las calorías de más
Una cosa es que el ejercicio sea fundamental a la hora de perder peso, y otra muy distinta que nos dé carta blanca para determinados excesos porque hemos consumido calorías de más. Es decir, no puedes salir del gimnasio y comerte una bolsa de patatas fritas, siempre que la pérdida de peso y lograr una alimentación saludable sean tus objetivos.
Utiliza a tu favor el ejercicio físico que estás haciendo, y deja que te haga sentir mejor y te ayude a perder los kilos que te sobran.
Pesarte a diario
Perder peso no es algo que pase de un día para otro. Es algo que requiere tiempo y constancia, por eso no ayuda mucho pasar a diario por la báscula. Si esperamos que los resultados lleguen antes de tiempo podemos frustrarnos y perder la motivación. Además, nuestro peso sufre variaciones diarias, semanales… que no significan nada, porque el peso ideal, como tal, no existe.
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