El nolotil es un medicamento muy conocido y con un consumo muy elevado. Es uno de los nombres comerciales con los que se comercializa el principio activo metamizol, que se usa para combatir el dolor y bajar la fiebre. En las últimas semanas, este medicamento ha saltado a la palestra debido al fallecimiento de diez británicos que fueron tratados con este fármaco en nuestro país. La causa de la muerte fue la aparición agranulocitosis, el efecto adverso más grave que provoca pero, afortunadamente, muy poco frecuente.
Por ello, la Agencia Española de Medicamentos y Productos (AEMPS) ha lanzado una notificación sobre su uso correcto. Mientras, en otros países como Suecia, Reino Unido, o Estados Unidos no está permitido su uso. ¿Estamos en riesgo? "Hay que relativizar", señala el doctor Vicente Palop, del Grupo de Fármacos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC). Y añade: "La realidad es que se producen más problemas por las hemorragias gastrointestinales que provocan los antiinflamatorios no esteroides (AINES) como el ibuprofeno o el naproxeno. Además, el riesgo de padecer agranulocitosis por metamizol, como una reacción alérgica, está incrementado en determinados grupos de población con alteraciones genéticas que los hacen más susceptibles a padecer este efecto adverso", No es el caso de la población española.
Para aclarar las dudas que puedan surgir sobre este medicamento, muy utilizado en nuestras casas, te explicamos para qué sirve exactamente y cuál es el riesgo real.
¿Qué es el nolotil?
Es un fármaco, principalmente, analgésico. Como decíamos, su principio activo es el metamizol, que sirve para tratar el dolor y la fiebre y que pertenece al grupo de medicamentos denominados derivados pirazolónicos.
Por su acción analgésica y antipirética, este fármaco se utiliza para:
- Tratar el dolor agudo que se produce tras una intervención quirúrgica o de origen traumatológico
- Aliviar el dolor de tipo cólico biliar o renal
- Aliviar el dolor de origen tumoral
- Tratar la fiebre alta que no responda a otros antitérmicos
El metamizol "requiere indicación médica y es necesaria la receta para que el farmacéutico pueda dispensarlo", recuerda el experto.
Efectos secundarios del metamizol
Como cualquier otro medicamento, el metamizol puede producir reacciones adversas. Esto no quiere decir que todas las personas que lo tomen vayan a padecerlas. A continuación se comentan las reacciones adversas que se han descrito según los estudios de farmacovigilancia que se han realizado en todo el mundo:
Frecuentes. Uno de los efectos adversos frecuentes de este fármaco cuando se administra por via intravenosa son las reacciones alérgicas de hipersensibilidad que pueden cursar con un cuadro vegetativo e hipotensión, o disminución de la presión arterial. La administración oral puede producir molestias gastrointestinales. Estas reacciones pueden afectar a uno de cada diez pacientes.
Poco frecuentes. Erupciones en la piel. Puede afectar a uno de cada cien pacientes.
Raros. Reacciones alérgica que aparecen justo después de la administración u horas más tarde. Reacciones cutáneas maculo-papulosas, disminución de los glóbulos blancos en sangre y broncoespasmo. Puede afectar a uno de cada 1.000 pacientes.
Muy raros. Reacciones cutáneas en las que aparecen vesículas o ampollas, alteración de la función renal que se puede asociar al incremento de eliminación de proteínas por la orina (proteinuria), inflamación del riñón (nefritis intersticial), disminución del número de plaquetas en sangre (trombocitopenia), y agranulocitosis (que puede producir la muerte), en este caso puede manifestarse inicialmente con lesiones mucosas inflamatorias, dolor de garganta y fiebre. Pueden afectar a uno de cada 10.000 pacientes.
Existen otros efectos adversos cuya frecuencia no está bien establecida como son la sepsis secundaria a agranulocitosis (infección grave que afecta a todo el organismo y que puede producir la muerte), o el shock anafiláctico con bajada drástica de la presión arterial (reacción alérgica grave que también puede producir la muerte), y hemorragias gastrointestinales.
¿Qué es la agranulocitosis?
La alarma en torno al metamizol, como adelantábamos, ha saltado por el riesgo de la aparición de agranulocitosis, una enfermedad grave que afecta a la sangre. No se trata de un efecto secundario nuevo, sino que "su relación de causalidad con la toma del fármaco es bien conocida", afirma el especialista de la Semfyc.
La agranulocitosis puede manifestarse como consecuencia de una reacción alérgica o autoinmune relacionada con la toma de metamizol. Por ella, los neutrófilos y/o los leucocitos del paciente caen drásticamente y el organismo se queda sin defensas. "Debido a esta disminución de las defensas, este efecto adverso puede ser mortal, ya que cualquier infección banal puede progresar a una sepsis. Pero hay que recordar que no es un efecto secundario frecuente", explica el doctor.
Según los estudios realizados, la frecuencia de la agranulocitosis varía según la población. "En nuestro país su aparición es más rara. Por ejemplo, según los estudios que se han hecho en Cataluña, puede aparecer en uno de cada millón de pacientes que lo tomen. Mientras que en las investigaciones realizadas en países como Suecia, antes de su retirada, la afectación era de uno de cada 1.439", indica el doctor Vicente Palop. "La población inglesa y la escandinava también tienen mayor riesgo, aunque no se ha cuantificado", añade.
Síntomas de la agranulocitosis. Si experimentas estos síntomas y estás tomando metamizol suspéndelo e informa a tu médico cuanto antes:
- Aparición repentina de fiebre.
- Escalofríos.
- Malestar general.
- Dolor de garganta.
- Debilidad.
- Úlceras en la boca.
- Sangre en las encías.
- Infecciones
- Dolor óseo.
- Neumonía.
El especialista te realizará un análisis de sangre para controlar el número de leucocitos y neutrófilos, células sanguíneas encargadas de mantener las defensas del organismo. Además, si sospecha que la causa puede ser el medicamento que estás tomando, lo retirará hasta confirmar el diagnóstico. Si es necesario, administrará un tratamiento para subir las defensas.
¿Por qué se ha prohibido en algunos países?
En efecto, el metamizol es un medicamento que no se comercializa en algunos países. "Cada país dispone de sus mecanismos de control y farmacovigilancia así como de agencias que velan por la seguridad de los fármacos y toman sus decisiones. En España, en estos momentos, la AEMPS no ha considerado precisa la prohibición del mismo, basándose en los estudios que realiza y teniendo en cuenta la información de nuestros sistemas de farmacovigilancia", indica la doctora doctora Laura Aliaga Gutiérrez, coordinadora del Grupo de Trabajo de Medicamentos, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
Y es que, según la AEMPS, el número de eventos adversos detectados ha aumentado en paralelo al aumento del consumo, es decir, se ha detectado que se consume más y por eso se detectan más casos.También se ha hablado de mayor susceptibilidad en población procedente del norte de Europa pero, han estudiado factores genéticos y en estos momentos con la información disponible no se puede confirmar ni descartar mayor riesgo en este grupo de población.
En España no se ha detenido su comercialización porque "es un medicamento de probada eficacia terapéutica, cuyo uso puede ir asociado a eventos adversos, por lo que la recomendación es sólo usar bajo prescripción médica y se recuerda a los médicos tener presente las recomendaciones de seguridad de la AEMPS. Si se hace un uso adecuado y seguro se minimiza la aparición de los eventos adversos de metamizol y de cualquier medicamento", aclara la especialista de la Semergen.
Cómo tomar nolotil de forma segura
"Hay población más susceptible a este efecto adverso, por ello, Sanidad mediante la AEMS, recuerda que el Metamizol es un medicamento sujeto a prescripción médica, su uso prolongado requiere controles hematológicos y conocer los antecedentes de los pacientes. Por lo tanto, no es un medicamento indicado en población 'flotante'. Es decir, no se debe administrar a pacientes a los que no se les puede realizar un seguimiento y los controles adecuados y que, además, pueden tener antecedentes que contraindicarían su uso", señala la doctora Laura Aliaga.
Tampoco se aconseja el uso en personas mayores o con estado general debilitado, ya que el medicamento utiliza la vía hepática y renal en su metabolización y en estos pacientes es más frecuente padecer un cierto grado de insuficiencia hepática o renal, que podría favorecer la aparición de los eventos adversos.
Así, ante el riesgo de utilizar este medicamento sin control médico, el doctor Vicente Palop resume cómo debe utilizarse de forma correcta, según las indicaciones de la AEMPS:
- Siempre tiene que tomarse bajo indicación médica y con receta.
- Debe usarse de forma adecuada. En este sentido, el experto en fármacos recuerda que la forma farmacéutica en ampollas no es apta para tomarse por via oral, sino que debe ser inyectada. "Cada ampolla lleva cuatro veces la dosis de un comprimido", alerta.
- Los tratamientos deben ser cortos (no más de siete días) y a dosis mínimas eficaces. Asimismo, se recomienda el control de la sintomatología que haga sospechar la agranulocitosis, informando al paciente de cuáles son los síntomas y, si el tratamiento es prolongado, realizar controles hematológicos. De hecho, recomiendan no prescribir el tratamiento con metamizol en pacientes en los que no se puedan realizar controles periódicos (población flotante).
- Ser muy cautos en la prescripción de este fármaco a población en las que está retirado este medicamento (como por ejemplo en los ingleses, suecos y escandinavos) debido a que se ha establecido un riesgo aumentado de agranulocitosis por su susceptibilidad genética.
- Adoptar una especial atención en pacientes de edad avanzada y polimedicados.
- Si se está en tratamiento con quimioterapia (que también disminuye las defensas) evitar la toma de metamizol.