Esta saludable práctica, que inglés llaman crunch time, es en realidad una costumbre de toda la vida muy arraigada en nuestra dieta mediterránea, donde siempre hemos incluido los tentempiés entre horas como la fruta, los lácteos o los frutos secos.
“Ahora hay algunas tendencias en alimentación que nos dicen que es mejor hacer solo tres comidas principales, incluso otras que abogan por el ayuno. En nutrición no hay una ciencia exacta, siempre y cuando nuestro organismo reciba los nutrientes que necesita. Lo que sí es cierto y está suficientemente comprobado es que hacer al menos cinco comidas al día (incluyendo un almuerzo y una merienda) tiene grandes beneficios para nuestra salud y también en nuestro peso”, apunta la Dra. Nieves Palacios en el marco del NUTRIMAD 2018, el congreso de nutrición celebrado recientemente en Madrid.
La clave: alimentos saludables con alto poder saciante
Elegir un snack saludable a media mañana y a media tarde provoca una mayor sensación de saciedad que nos ayudará a no sobrepasarnos en la dieta y llegar a las comidas principales sin tanta hambre. El Dr. Mike Rousell, nutricionista y asesor en Men’s Health y SELF Magazines, recomienda por ello no saltarnos ninguna ingesta. “No desayunar nunca es buena idea, ya que el estrés y el estómago vacío pueden distraernos y llevarnos a hábitos de comidas no saludables”.
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Es por ello que los expertos en nutrición resaltan, entre otros alimentos, las propiedades que nos aportan los frutos secos para controlar el peso, además de favorecer la concentración y el rendimiento laboral.
Varios estudios científicos, por ejemplo, demuestran que el consumo regular de raciones controladas de frutos secos pueden disminuir el índice de masa corporal en dietas hipocalóricas (variadas y equilibradas), gracias a su alto contenido en fibra que ayuda a reducir la necesidad de comer en exceso. Además, una de estas revisiones recoge que “entre el 55-75% de la energía aportada por los frutos secos es compensada por un menor consumo de energía posterior”. Por tanto, todos los resultados de los estudios publicados en 2012 y 2013 coinciden en que incluirlos en la dieta puede contribuir a la prevención de la obesidad.
Para que nos hagamos una idea, una ración de 49 pistachos (28 g) contiene 164 calorías; el mismo peso en nueces equivale a 195 kcal; 171 kcal en el caso de los anacardos; 176 kcal para las almendras; y 191 kcal en las avellanas. Sin embargo, sus beneficios compensan con creces las calorías que nos aportan.
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“A pesar de la creencia popular, los frutos secos no son una bomba calórica y, además, contienen grasas monoinsaturadas reductoras del colesterol. Junto con el aceite de oliva virgen extra, el pescado azul y los alimentos ricos en fibra en general, son buenos aliados para mantener unos nieves normales de colesterol en sangre”.
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“En el caso del pistacho son también ricos en potasio, mineral muy importante para el sistema nervioso y muscular presente en otros alimentos como el plátano. Por tanto, muy recomendado para recuperarnos después de practicar deporte. Además son una fuente importante de zinc, que contribuye al mantenimiento normal para una buena visión; una fuente de magnesio que contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso; y una fuente de hierro que contribuye al transporte normal de oxígeno. También son una alta fuente de fósforo que contribuye al mantenimiento de unos dientes sanos”, apuntan desde American Pistacho Growers.
Frutos secos también para ser más productivos en el trabajo
Por otro lado, los estudios también apuntan a que comer productos saludables entre horas es una práctica que favorece la concentración, el rendimiento laboral y, por tanto, la creatividad y el talento.
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Así, los resultados de una investigación desarrollada por Loma Linda University (LLU) de California demuestran que ingerir frutos secos de forma regular mejora las frecuencias de las ondas cerebrales asociadas a la cognición, el aprendizaje, la memoria, el recuerdo y otras funciones cerebrales clave.
Según el Dr. Lee Berk, investigador principal de este estudio y decano de la investigación en la Escuela de Profesionales de la Salud de LLU, “esta investigación aporta descubrimientos significativos y demuestra que los frutos secos resultan tan beneficiosos para el cerebro como para el resto de nuestro organismo”. El resumen del estudio se ha presentado en Experimental Biology 207 en San Diego (California), y publicado en FASEB Journal.
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