Con la llegada del otoño, además de regresar al desplome de los termómetros, la lluvia y los cambios repentinos de temperaturas, también damos la bienvenida a los catarros. Aunque es una enfermedad que se puede contraer durante todo el año, es mucho más frecuente durante los meses fríos y es altamente contagiosa. Moqueo, estornudos y dolor y picor de garganta son algunos de los molestos síntomas más frecuentes del catarro común. Sin embargo, y aunque siempre debemos acudir a un especialista para tratar una enfermedad, podemos poner en práctica unos remedios caseros con los que conseguiremos mitigar los síntomas de una forma rápida y natural.
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Vahos de eucalipto
Gracias a su aroma y a los aceites volátiles que desprende, el eucalipto es una planta que tiene grandes efectos descongestivos y antisépticos. Es ideal para combatir cuadros gripales, resfriados y problemas de las vías respiratorias, y acabar con uno de los síntomas más molestos asociados a ellos: la congestión nasal. Para su preparación, basta con añadir unas hojas de esta planta medicinal en agua caliente y aproximarse al recipiente, realizando respiraciones profundas. Resulta especialmente útil para limpiar las vías nasales y permitirnos respirar de manera adecuada durante el constipado.
Agua con sal
Otra buena fórmula para tratar la congestión nasal es mediante una solución salina, que puedes preparar rápidamente en casa. Para ello, debes mezclar en una taza con agua tibia un poco de sal marina sin yodo y un poco de bicarbonato. A continuación, coloca unas gotitas de esta solución en cada fosa nasal, inclínate hacia atrás y suena la nariz con suavidad. Verás cómo mejora la respiración y brinda una reconfortante sensación de alivio. Además, en el mercado existen kits de irrigación nasal ya preparados con unos prácticos aplicadores para facilitar aún más el proceso.
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Infusión de ajo
El ajo es un antibiótico natural que refuerza el sistema inmunológico contra los virus. Esta 'píldora mágica' puede mitigar la gravedad de los síntomas de un resfriado y, además, acortar el periodo de recuperación. Para preparar una infusión de ajo, corta tres dientes en pedacitos y ponlos a hervir durante 10 minutos en un litro de agua, dejándolos reposar. Después, cuela la infusión y tómatela cuando esté aún caliente. Aunque pueda resultar desagradable, unas tazas de este antiséptico natural pueden ayudar a calmar la tos, despejar los bronquios y descongestionar las vías respiratorias.
Infusión de jengibre con miel y limón
La infusión de jengibre con miel y limón es otro remedio casero perfecto para combatir el resfriado. Al ser una bebida antiséptica nos puede ayudar a limpiar los pulmones y bronquios, además de combatir la congestión nasal. Para realizar el preparado, basta con hervir 100 gramos de jengibre fresco cortado en rodajas en, aproximadamente, dos tazas y media de agua. A continuación, añade la ralladura de un limón y deja hervir a fuego lento durante unos 20 minutos. Por último, agrega el jugo del limón, cuela la bebida y añade un par de cucharadas de miel.
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