El chocolate es casi un objeto de deseo culinario del que resulta muy difícil prescindir. Se han dicho de él muchas cosas, buenas y malas, y aunque desde ya te aseguramos que puedes seguir disfrutando del chocolate (negro, por favor), también es cierto que existen determinados mitos sobre él de los que es mejor desprenderse.
El chocolate es adictivo
Lo que provoca la adicción no es el chocolate, sino el azúcar que este contiene. Esta potencia la liberación de una sustancia química natural llamada encefalina, que genera una sensación de placer en el cerebro. Para que de verdad fuera adictivo deberías consumir mucho chocolate y en versiones que contengan niveles de azúcar elevados.
El chocolate es un afrodisíaco
Al parecer, hemos confundido el aumento del deseo sexual con el aumento de energía en general que produce el consumo de chocolate, gracias a la teobromina que contiene. Este aumento de energía habría que unirlo a la sensación de placer que produce el azúcar, pero ni así se ha podido demostrar que haya alguna relación entre el consumo de chocolate y el aumento de la libido.
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El chocolate es un antidepresivo
Aunque se ha hablado mucho de esta cuestión, al parecer no existen evidencias científicas que demuestren que el chocolate puede aliviar un estado de ánimo decaído o ayudar a tratar una depresión. Aunque contiene anandamida y feniletilamina, que son sustancias ligeramente psicoactivas, no las tiene en cantidad suficiente para que su efecto sea relevante.
En cuanto a la acción estimulante sobre el ánimo decaído podría deberse a la combinación de azúcar de algunas versiones con la teobromina del chocolate. Cuanto más negro sea el chocolate y menos azúcar tenga, menos estimulante será.
El chocolate aumenta el colesterol malo
El chocolate contiene ácidos esteáricos, elementos que resultan muy beneficiosos para la regulación del colesterol en el organismo. De cada 100 gramos de chocolate, el 35% son grasas, un tercio de las cuales son estos ácidos esteáricos, y otro tercio un ácido presente en el aceite de oliva que ayuda a disminuir los niveles de colesterol malo. Así que no temas por tus niveles de colesterol a la hora de disfrutar de una onza de buen chocolate.
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El chocolate, si es negro, no engorda
Es cierto que el chocolate negro tiene menos densidad calórica que el chocolate con leche, más azucarado y graso que el primero. Pero el chocolate contiene, sin necesidad de ningún añadido, hidratos de carbono (la pasta de cacao) y un aceite vegetal (la manteca de cacao), por lo que su densidad calórica sigue resultando considerable. Aún así, si lo consumes con moderación, no tienes que renunciar a él. Puedes disfrutar de una onza de chocolate negro al día sin ningún cargo de conciencia.
El chocolate causa acné
El acné, a pesar de ser grasa que se produce por la inflamación de glándulas sebáceas, no está causado por consumir grasa de más. El acné, normalmente, está causado por alteraciones hormonales o por factores genéticos, según varios estudios. Nada tiene que ver el pobre chocolate en esta cuestión.
El chocolate es un buen antioxidante
Negar esto resulta casi doloroso, porque era una de las excusas perfectas para comer chocolate sin ningún cargo de conciencia. Pero la Autoridad Europea Alimentaria (EFSA), realizó un estudio en 2013, en el que no pudo hallar relación entre el consumo de chocolate y la protección de sustancias susceptibles de oxidación en la sangre.
Pero no todo son malas noticias, esta institución sí apreció que al tratarse de un alimento rico en flavonoides, estos contribuyen a la correcta dilatación de los vasos sanguíneos, y recomienda un consumo moderado de chocolate lo más puro posible.
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