Envejecer es ley de vida, pero eso no significa que no podamos hacer nada para frenar el impacto que el paso del tiempo tiene sobre nosotros. La gran clave para llegar a ser más longevos es, según los expertos, mantenernos activos el máximo tiempo posible. Para ello, el ejercicio debe ser el gran motor que mueva nuestras vidas.
Pero, ojo, aunque a priori cualquier deporte es válido –incluso caminar media hora todos los días-; según un reciente estudio publicado por la revista de medicina Mayo Clinic Proceedings, que analizó la vida media de 8.500 adultos sanos y tuvo en cuenta el deporte que realizaba cada uno de ellos, hay algunas actividades físicas que nos hacen vivir más años. ¿Quieres saber cuáles son?
Correr nos hace más felices
Y, por tanto, nuestra esperanza de vida aumenta. El running libera endorfinas, también conocidas como ‘las hormonas de la felicidad’. Además, es muy beneficioso para nuestra salud mental ayudando, entre otras cosas, a combatir la ansiedad y el estrés. Entre otros beneficios para nuestro bienestar, hace que trabajemos el autocontrol, mejoremos nuestra autoestima y, más importante, prevengamos ciertas enfermedades como la diabetes, la demencia y enfermedades neurodegenerativas. Ello es debido al efecto de varios mecanismos neurobiológicos, como el incremento de los niveles de BNF en el cerebro, una proteína que estimula el crecimiento y longevidad de las neuronas y de norepinefrina, neurotransmisor que mejora la atención y la concentración.
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Tenis, el deporte que más alarga nuestra vida
Según el citado estudio, hay un deporte que puede alargar nuestra vida en 9,7 años: el tenis. ¿La razón? Al igual que otros deportes como el bádminton (nos aporta 6,2 años más de vida), despierta al niño que llevamos dentro y hace que volvamos a disfrutar con el juego como cuando éramos pequeños.
A ello se suma que se trata de deportes con un alto componente social y que se practican al aire libre. Por tanto, cualquier deporte colectivo en buena compañía tendrá enormes beneficios psicológicos. Está comprobado que ampliar nuestras redes de apoyo social y emocional pueden ayuda a reducir el estrés o el riesgo cardiovascular. Al contrario, la soledad y el aislamiento social se relacionan con problemas de salud, depresión y mayor riesgo de muerte temprana.
En cualquier caso, e independientemente del ejercicio que realicemos, lo importante es que dediquemos tiempo a practicar deporte, sea cual sea; ya que, como hemos visto, ayuda a mejorar la autoestima, la sensación de autonomía para las actividades de la vida diaria, los hábitos de sueño, las funciones cognitivas -la memoria, el razonamiento, la atención...- y las relaciones sociales. Y, a nivel físico, ayuda a ralentizar el deterioro que el envejecimiento conlleva.
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