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Desde que existe el correo postal, existen amores a distancia y personas que se conocen rompiendo las barreras del espacio y fantaseando con la posibilidad de estar juntos. Internet ha hecho que se aceleren todos estos procesos: en lo que antes se tardaba en esperar la carta de un amante postal, ahora da tiempo a conocer una decena de personas y afinar la puntería.
No existe un método infalible, pero hay que reconocer que las aplicaciones de ligue son muy certeras a la hora de dar posibilidades para encontrar a la persona que deseamos conocer, porque se eliminan intermediarios y podemos elegir qué cuestiones valoramos en el otro: aspectos físicos, intelectuales, cercanía…
La tecnología y el ligue forman un cóctel perfecto, pero es muy conveniente guardar ciertas reservas sobre algunos de los pasos que damos cuando entramos en este mundo. No todas las aplicaciones son seguras, ni tampoco todas las personas son quienes dicen ser. Vamos a enumerar algunos consejos útiles para que guardes las distancias mínimas de seguridad y camines con paso firme.
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Elige una app de confianza
Ocurre con las apps de ligue, pero también con el resto. Cuando procedemos a la instalación nos pide permiso para muchas cosas: acceder a nuestra cámara, micrófono, galería de fotos, contactos, geolocalización y a nuestros datos personales (como el número de teléfono).
No estás obligada aceptar siempre estas peticiones. De hecho, es muy sano ser consciente de que realmente muchas aplicaciones están siendo autorizadas a cuestiones innecesarias, y que podrían acceder a información sensible para ti, y con posibilidad de usarla de forma fraudulenta. Piensa en cada una de las cuestiones que aceptas ¿Es necesario que una app de ligue acceda a tus fotos personales? ¿Es necesario que acceda a tus contactos? Acepta solo aquello que te parezca razonable.
De la misma manera, es recomendable que las aplicaciones que instalas tengan credibilidad, es decir: que las conozcas y sepas que funcionan bien, ya sea por comentarios de otras personas o porque llevas largo tiempo sabiendo que existen. Si no sabes nada de una aplicación, aunque pinte bien, no te expongas a descargarla: podría ser un caballo de Troya.
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Vigila las fotos que publicas y envías
Una vez que envías una foto o que la cuelgas en la red, es imposible rastrear el uso que se le da. Podría servir para que otras personas se hagan un perfil falso, o si son fotos con cierto erotismo, pueden servir de intercambio. Hay quien presume de sus conquistas enseñando las fotos que ha recibido mediante apps de citas.
Ante todo, usa el sentido común y solo envía las fotos que no te molestaría ver publicadas en un lugar cualquiera, es decir: fotos neutras que muestran cómo eres, pero que no te comprometan. Porque si una foto tuya acaba publicada en cualquier sitio, probablemente podrías llegar a descolgarla, pero nunca puedes saber en qué whatsapps acaba o quién las recibe.
Asegúrate de que la persona con la que te citas es real
Casi todas las historias tienen final feliz, aunque algunas citas resulten más placenteras que otras. Pero como el anonimato inicial de las aplicaciones de ligue es total, antes de tomar en serio una cita revisa que todo concuerde.
Es muy provechoso mantener un Facetime o conversación de vídeo por Whatsapp antes de veros en persona. Solo así puedes estar segura que la persona del perfil es realmente quien dice ser, y si su aspecto físico concuerda realmente con el que tenía cuando se hizo la foto, para no llevarnos disgustos o decepciones.
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