Aunque pueda pensarse lo contrario, la hinchazón abdominal es un problema que afecta a un importante número de personas. Tanto es así que entre el 11 y el 20% de la población tiene esta sensación con frecuencia, siendo un malestar mucho más común entre las mujeres. En la mayoría de ocasiones, achacamos esta distensión a una acumulación de gases, al estreñimiento o, simplemente, a malas digestiones, por lo que decidimos no acudir a ningún especialista. Sin embargo, puede que esta incómoda sensación, que suele aparecer después de cada comida, no se deba a ninguno de los motivos anteriormente mencionados, sino al SIBO o, lo que es lo mismo, el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.
Leer: Por qué se produce la hinchazón abdominal
¿Qué es el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado?
Estas siglas, que pertenecen a la denominación inglesa Small Intestine Bacterial Overgrowthson, son unas grandes desconocidas para la mayoría de la población. No obstante, cada vez se está tomando más en consideración esta patología por parte de los especialistas. Se trata de un síndrome producido por un número excesivo de bacterias presentes en el intestino, habitualmente en el intestino delgado, que afecta a aproximadamente el 15% de la población infantil y el 80% de la adulta con patología digestiva de base. Además del abuso de ciertos medicamentos y la mala alimentación, el principal factor de riesgo es este trastorno desconocido es cumplir años: el 30% de la población mayor de 70 años lo padece.
Leer: 'Realfooding': el movimiento que ha declarado la guerra a los alimentos ultraprocesados
¿Cuáles son los síntomas?
Este sobrecrecimiento bacteriano se produce cuando las bacterias que viven normalmente en el tubo digestivo, proliferan hacia el intestino, donde no deberían estar. Se trata de un trastorno que puede ser transitorio y que acarrea fundamentalmente síntomas como episodios de diarrea, debilidad y cansancio, distensión y dolor abdominal, así como flatulencias, digestiones pesadas y halitosis. Además, las personas que lo padecen pueden experimentar una pérdida brusca de peso debido a la mala absorción de los nutrientes.
A través de las analíticas se puede diagnosticar el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. Los pacientes pueden presentar en sus analíticas un déficit de hierro y vitamina B12, que dan pie al desarrollo de otras enfermedades como la anemia, y en los casos más avanzados, se puede producir daño de la mucosa intestinal.
Leer: Estos son los 10 mejores alimentos para combatir la anemia
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento base son los ciclos intermitentes de antibióticos para conseguir la remisión del trastorno. Sin embargo, no existen tratamientos que sirvan para todos los pacientes y lo recomendable es acudir a un profesional para corregir determinados hábitos si no queremos sufrirlo. Es decir, seguir un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada, descansar, combatir el estrés y no abusar de ciertos fármacos, como los antiácidos, los antidiarreicos y los opiáceos, entre otros.