Hacerse vegetariano (o vegano) está más de moda que nunca. Si renuncias a incluir en tu dieta todos aquellos alimentos que sean de origen animal, no vas a encontrarte sola en tu decisión. Los principales motivos para dar este paso son dos: responsabilidad con el medio ambiente y necesidad de mejorar tu alimentación. A estos pueden sumarse otros como el amor a los animales o la búsqueda de una salud mejor. Podríamos decir son razones de principios y de salud que nos llevan a realizar un cambio importante en nuestros hábitos alimenticios.
Pero también hay personas que se aventuran a iniciarse en una dieta vegetariana con un único objetivo principal : perder peso. Seguir una dieta vegetariana que sea saludable, variada y que nos garantice todos los nutrientes que necesita nuestro organismo no resulta tan sencillo como parece. Es decir: se trata de algo más complejo que dejar de comer carne (y pescado, algo que algunos ni contemplan). Por eso, si te has iniciado en esta dieta con el único objetivo de adelgazar, es posible que no estés dando los pasos correctos y que puedas no solo no perder peso, sino ganar algunos kilos con una alimentación inadecuada.
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Por qué no es una dieta de adelgazamiento
Es posible que una dieta vegetariana bien estructurada, llevada a cabo con planificación e información, suponga para tu cuerpo una ingesta menor de calorías que una dieta omnívora, y eso te haga perder peso. Pero no tiene por qué ser así, sencillamente porque una dieta vegetariana no es una dieta de adelgazamiento.
Es más, resulta bastante habitual ganar peso al poco tiempo de empezar una dieta vegetariana a causa de tomar malas elecciones a la hora de elegir los alimentos. Por ejemplo, un error muy común es sustituir la carne por harinas, porque no podemos negar que un plato de pasta es algo muy socorrido que se toma fácilmente aún sin carne ni pescado. De esta forma estamos reduciendo la ingesta de proteínas y aumentando la de carbohidratos.
Otro error bastante común es pensar que vegetariano es igual a saludable. La bollería industrial normalmente es apta para vegetarianos, y nos aportan calorías vacías y pocos nutrientes realmente beneficiosos para nuestro organismo. Lo mismo ocurre con los snacks salados, como las patatas fritas y los refrescos.
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Que una dieta vegetariana sea una dieta saludable y pueda ayudarnos a largo plazo a deshacernos de algún kilo de más, depende de las elecciones que hagamos a la hora de alimentarnos.
Qué beneficios me aporta una dieta vegetariana
Cuando iniciamos una dieta vegetariana bien asesorada, lo primero que ocurre es que aumentamos la ingesta de frutas y verduras, y eso repercute de manera muy positiva en nuestra salud. Obtenemos de los vegetales agua, fibra, vitaminas y nutrientes, con poco aporte calórico, y es posible que empecemos a dejar de lado otro tipo de alimentos ultraprocesados que nada nos beneficiaban.
Además, al tener que pensar en qué podemos comer y qué no, miramos con más atención la comida y somos más conscientes de la forma en que nos alimentamos. De hecho, es muy posible que se despierte en nosotros el gusto por la cocina, si no existía previamente, al descubrir numerosos platos elaborados con vegetales, muy sabrosos, y que desconocíamos.
Pero nada de esto nos garantiza perder más peso que con una dieta saludable omnívora. Como decíamos antes, eso va a depender de las decisiones que tomemos, sigamos la dieta que sigamos.
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