La mayoría de médicos y expertos en nutrición las desaconsejan: las denominadas 'dietas milagro' no son la solución más efectiva a largo plazo a la hora de perder peso. Aunque en principio cumplen con su promesa de hacernos adelgazar de manera rápida, su posterior 'efecto rebote' nos hará recuperar más kilos de los que nos hemos quitado de encima. Esto normalmente es debido a una disminución del metabolismo basal, puesto que el cuerpo tiende a adaptarse a todas aquellas restricciones alimenticias a las que se le somete. Pero más allá del aspecto estético, también puede acarrear unas importantes consecuencias para la salud. De este modo, un reciente estudio publicado por la American Heart Association ha vinculado los continuos cambios de peso con un mayor riesgo de mortalidad y de padecer enfermedades cardiovasculares.
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¿Por qué se produce el 'efecto rebote'?
También conocido como efecto 'yo-yo' (debido a los altibajos en el peso) se produce porque, trascurrido un tiempo, el organismo se pone en modo 'ahorro de energía' para compensar las restricciones de alimentos a las que se le está sometiendo y tenderá a almacenar todo lo que pueda. Esto se traduce en un aumento del porcentaje de grasa corporal, y aunque puede que tal vez la báscula refleje algún kilo menos, en realidad se corresponde a una pérdida de líquido y de masa muscular (aspectos engañosos e igualmente negativos para la salud).
Consecuencias para la salud
Recuperar más kilos de los que se han perdido después de una dieta restrictiva no es plato de buen gusto para nadie, pero es la menor de las consecuencias en vista de otros problemas mucho más serios que el 'efecto rebote' puede ocasionar al cuerpo. Además de generar unas falsas expectativas respecto a una perdida real de peso, las 'dietas exprés' conllevan otros muchos aspectos negativos:
- Aumento de la ansiedad. Al ser muy restrictivas y difíciles de mantener en el tiempo cuesta mucho seguirlas por lo que se suelen abandonar al poco tiempo sin cumplirse la promesa de adelgazar, lo que provoca una gran decepción y sentimiento de fracaso. Además, al prohibirse ciertos alimentos se genera una gran ansiedad y obsesión por ellos.
- Deficiencias nutricionales. Al suprimir la ingesta de algún grupo de alimentos (como los hidratos de carbono en el caso de las dietas proteicas) se limita la absorción de vitaminas, minerales u otros nutrientes básicos para el correcto funcionamiento del organismo
- Aumento de la grasa corporal. Los mecanismos del cuerpo para compensar las limitaciones de comida harán que se almacene más grasa de la necesaria, lo que podría desembocar en un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
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¿Cómo evitarlo?
Todas estas dietas radicales y restrictivas son insostenibles en el tiempo y chocan con el principio fundamental de unos hábitos de vida saludables, el auténtico secreto para perder poco a poco los kilos de más y mantenerse en un peso óptimo que no resulte complicado mantener. Una alimentación equilibrada y la practica regular de ejercicio físico serán las claves que nos ayuden siempre a sumar salud. Aún así, lo más comendable en cualquier caso es acudir siempre a un especialista para que nos asesore sobre la mejor manera de adelgazar con garantías y total seguridad.