Cada vez tendemos a adoptar hábitos de vida más saludables. Dentro de ellos, el deporte se ha convertido casi en un imprescindible para millones de personas. No obstante, sobre todo cuando hablamos de deportes y enfermedades, suelen aparecer falsos mitos y creencias que confunden a la población. Precisamente es lo que ocurre con el asma, enfermedad crónica del aparato respiratorio, cuyos síntomas más comunes son la sensación de ahogo o falta de aire provocados por un estrechamiento o cierre de las vías respiratorias.
Existe cierta relación entre el asma y el ejercicio físico. Sin embargo, si una vez diagnosticado se controla y se toma la medicación adecuada para evitar que se produzca una crisis, practicarlo puede ser muy positivo para el paciente. Pilar Cebollero, neumóloga y directora del programa de investigación en Rehabilitación de la SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica), no solo está de acuerdo con esta afirmación, sino que, además, no tiene ningún tipo de duda al respecto. "Sí, de manera rotunda. El ejercicio físico es bueno para todos. Y también es bueno en el caso del asma. Es bueno a todas las edades, pero especialmente importante en los niños".
La doctora asegura que, además, puede ser beneficioso por varias razones, porque mejora la propia enfermedad y reduce el número de descompensaciones y, porque, además, tiene unos beneficios psicoemocionales que también son buenos para la calidad de vida de la persona asmática. "A veces, por el miedo a la descompensación producida por el esfuerzo, se tiende a realizar menos ejercicio, en el caso de los adultos, o a recomendar a los niños que dejen de practicarlo. La sobreprotección en niños asmáticos no es nada buena". Además, apostilla: "El asma es una enfermedad crónica, es decir, que en principio no se cura, al menos en la inmensa mayoría de los casos, pero sí que puede mejorar tanto que el paciente pueda llegar a llevar una vida normal. El deporte ayuda mucho".
Asma y esfuerzo
Cebollero reconoce, no obstante, que el esfuerzo puede empeorar la situación del asmático, por eso, recomienda practicar deporte con moderación: "Cuando hacemos deporte, sobre todo cuando este es muy intenso y durante un periodo de tiempo relativamente largo, respiramos más rápido y en peores condiciones – con la boca abierta, etcétera- y esto hace que nuestras vías respiratorias tiendan a deshidratarse. Eso es un estímulo que hace que el bronquio pueda cerrarse, y ahí es cuando se produce una crisis. Esto es lo que da miedo. Pero hay determinados ejercicios que lo favorecen más que otros".
Deportes recomendados y prohibidos
El asma está bastante relacionada con la intensidad y la duración del ejercicio, pero también con que el aire esté más seco de lo normal, sea frío o los niveles de polución y/o polen, en el caso de que el asmático sea alérgico. Hay deportes concretos que son menos recomendables, por ejemplo, carreras o competiciones de fondo, así como los deportes de nieve. No obstante, esto no quiere decir que no se puedan realizar este tipo de actividades, sin embargo, por norma general las personas con asma suelen tolerar mejor los deportes interválicos, como el tenis. "Es muy importante que el paciente haga ejercicio, y a su propia elección, al final todos acabamos haciendo lo que nos gusta. Por eso, si nos interesa practicar estos deportes, hay que valorar mucho el riesgo que tienen. Nadie puede prohibirte que practiques o no un deporte si tienes asma, pero hay que tratarlo bien, tomar medicación, observar su evolución, etcétera. Además, la susceptibilidad individual también cuenta. No todos los pacientes responden de la misma manera a los tratamientos", explica.
En cuanto a la natación, la neumóloga también quiso dar su punto de vista, puesto que existen numerosas informaciones contradictorias: "Por el tipo de ambiente en el que se encuentra el paciente es muy buena, sobre todo en piscinas cubiertas, pero, para algunas personas, los productos de mantenimiento que se utilizan en el agua pueden resultar irritantes. ¿Está permitida o prohibida? Ni una cosa ni otra, pero hay que vigilar si produce síntomas o no".
Asma diagnosticada por esfuerzo
No existe solo una causa que provoque el asma. El esfuerzo provocado al practicar ejercicio de forma intensa puede ser una de ellas. Por eso, es fundamental tener un buen diagnóstico de la enfermedad y saber qué es lo que está produciendo esa falta de aire u otros síntomas propios del asma. "Los deportistas de élite pueden desarrollar síntomas parecidos al asma, porque al final están sometiendo al aparato cardiorrespiratorio a condiciones extremas que terminan propiciando estos síntomas. Si se ha diagnosticado asma por esfuerzo es muy importante llevar la medicación que nos ha sido mandada y, quizás, renunciar o procurar evitar realizar ejercicios de alta intensidad respiratoria, como el running, o cualquier tipo de carrera".
Recomendaciones
Además de estos consejos, la doctora destaca una serie de recomendaciones que pueden ayudar al paciente a mejorar su condición física, realizando una serie de actividades de manera regular y contribuyendo así a la disminución del umbral de descompensaciones. Tomar una medicación específica minutos antes de hacer deporte, calentar y enfriar progresiva y adecuadamente, evitar practicar ejercicio si nos encontramos en un momento de exacerbación de la enfermedad o llevar la medicación a mano por si sufrimos una crisis poder actuar a tiempo, son algunas de ellas.