Hasta hace muy poco reutilizar las botellas de plástico para rellenarlas de nuevo con agua era un síntoma de reciclaje, porque dándole un uso prolongado a un plástico de usar y tirar podríamos estar evitando consumir más. Porque, siendo realistas, la mayoría de las veces cuando consumimos agua mineral lo que realmente estamos adquiriendo es un envase cómodo de llevar con agua disponible, y no tanto la calidad del agua, pues en la mayoría de provincias españolas el agua del grifo y la embotellada es muy similar.
Sin embargo, en la última década se empezó a informar a los consumidores de que el plástico de las botellas de agua no es reutilizable de forma indefinida. Y que según su composición podría incluso ser muy perjudicial para la salud.
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Los plásticos: razón de esterilidad
Esto se debe a que las botellas de plástico contienen un elemento químico denominado BPA (Bisfemol A), y que se considera un disruptor endocrino. El peligro de estas sustancias es que cuando nuestro organismo entra en contacto con ellas, cree que se trata de una hormona, y son capaces de alterar nuestros procesos fisiológicos. Se cree que los disruptores endocrinos son los causantes de que el índice de esterilidad masculina aumente año tras año y de que qué la menstruación se adelante en las niñas.
En 2009 se realizó una investigación sobre el plástico BPA, que a su vez recopiló más de 700 estudios de todo el mundo, y se llegó a la conclusión de que el 95% de la población está expuesta a niveles insalubres de BPA. Por este motivo, la organización europea sobre sanidad alimentaria, la European Food Safety Authority, desaconseja utilizar las botella de plástico, tanto las que se conoce su efecto nocivo para salud como aquellas de las que aún no tenemos una evidencia científica de los efectos que podrían tener.
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Existen otros tipos de plástico y los puedes identificar fácilmente
Sin embargo, no todos los plásticos son iguales, y existen categorías que puedes identificar para saber cuando una botella es altamente perniciosa y cuando, a priori, no lo es. Esto es así porque no todas las botellas de plástico se fabrican con BPA, sino que también existe una alternativa de tereftalato de polietileno, también llamado “plástico PET”. Esta es una sustancia resistente a la corrosión y sobre la que aún no se ha demostrado que tenga un efecto de disruptor endocrino.
Pero aun así, debes tener en cuenta el etiquetado de la botella para saber si permite ser rellenada. Se trata de un triángulo en forma de ciclo de reciclaje, lo encontrarás probablemente impreso en relieve en la base de la botella o en su zona más inferior. Dentro del triángulo habrá un número del 1 al 7.
Aquellas que muestran un 1 dentro del triángulo significa que pueden ser reutilizadas tantas veces como desees, porque garantizan que no tienen BPA. También puedes utilizar las que tienen un 2, 4 y 5, pero de forma puntual. Y en el caso de los símbolos acompañados por un 3, 6 o 7, se desaconseja expresamente que se rellenen dándoles un segundo uso.
La Unión Europea se ha pronunciado
En todo caso, la Unión Europea, que legisla acerca del material de las botellas de plástico a nivel comunitario, aclara que ni en el mejor de los casos estamos seguros de que un plástico no estará ejerciendo algún tipo de interferencia en nuestro organismo y que, para mayor seguridad, procuremos consumir los mínimos plásticos de usar y tirar.
Si tu intención es reciclar, la mejor opción es no consumir materiales de plástico de un solo uso, sean del tipo que sean. Porque incluso el plástico menos contaminante, en este caso el PET, tarda alrededor de 500 años en ser asimilado por el planeta, es decir, en completar un proceso de biodegradación.
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