Comer o no comer huevo, y si lo comes con qué frecuencia has de hacerlo han sido cuestiones controvertidas a la hora de establecer una dieta saludable en términos generales. A pesar de ser rico en proteínas y minerales, alrededor de los años 70 se realizaron diferentes estudios que lo asociaban con enfermedades cardiovasculares por su contenido en colesterol. Esto provocó que se limitara su consumo a un máximo de 3 huevos a la semana.
Pero a día de hoy, tras revisar los estudios más recientes, los expertos en nutrición aseguran que no hay ningún problema en tomar un huevo al día, incluída la yema, la parte más rica en lípidos que siempre despierta cierto rechazo. Es más, algunos de estos estudios aseguran que consumir un huevo al día no solo no es perjudicial para nuestra salud, sino que reduce el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el aparato circulatorio, o de desarrollar una angina de pecho o un ictus.
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Un alimento lleno de propiedades
Si tomas las cantidades adecuadas de este alimento, no podemos encontrarle ni un “pero”:
- Te mantiene joven por más tiempo: el huevo contiene aminoácidos esenciales que ayudan a la construcción y renovación de células, lo que retrasa el envejecimiento. Y son ricos en vitamina D, imprescindible para este fin. Además, la yema está repleta de antioxidantes que te harán plantarle cara al paso de los años.
- Te ayuda a tener buena vista: su elevado contenido en vitamina A disminuye el riesgo de cataratas y de degeneración macular. Los huevos además contienen luteína, presente también el los ojos de manera natural, que ayuda a tener una vista clara y a proteger la retina.
- Fortalece tu sistema inmune y es antiinflamatorio: los huevos contienen elevados niveles de selenio, un mineral que estimula el sistema inmunológico. Por otro lado, su yema es rica en zeaxantina y luteína, y ambos son carotenoides que absorbe el organismo y que protegen contra la inflamación.
- Ayuda a tu musculatura, sobre todo después de hacer deporte: si hoy has realizado algún tipo de entrenamiento o ejercicio físico en el que hayas puesto tus músculos a trabajar, estos te agradecerán que incluyas un huevo en cualquiera de las comidas del día. La razón es que las proteínas del huevo contienen una gran cantidad de aminoácidos esenciales que ayudan a tus músculos a repararse tras el esfuerzo realizado.
- Disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares: un investigación realizada en Canadá establece una conexión entre una dieta rica en huevo y la disminución de enfermedades de tipo cardiovascular. La razón estaría en las cantidades de triptófano y tirosina presentes en la yema del huevo.
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Cómo preparar el huevo
Si quieres disfrutar de todas las propiedades del huevo, pero sin añadir grasas innecesarias a tu dieta, la mejor forma de cocinarlo es cociéndolo. Pero si no quieres renunciar a al tortillas de patatas, a los huevos fritos o la tortilla francesa, la única recomendación es que utilices siempre un aceite de calidad, como el de oliva virgen, y que emplees más claras que yemas al cocinar.
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