Día Mundial de la Alimentación

Los niveles óptimos de vitamina D3 proporcionan menos fatiga y mayor inmunidad

Su carencia o escasez da lugar en el adulto a osteoporosis, osteomalacia, hipocalcemia, debilidad, fatiga crónica y baja inmunidad.

por Dr. Eduardo Junco

La vitamina D3, cuya forma activa en nuestro organismo es el 25-hidroxicolecalciferol, es una de las sustancias de las que más se habla en los últimos años, ya que se ha visto que es deficitaria en muchos de nosotros. La obtenemos a través de la exposición solar y por algunos alimentos. Su función es la de facilitar la absorción de calcio y fósforo en el intestino, inducir la formación de tejido óseo a través de los osteoclastos y regular la producción de hormona paratiroidea. 

La vitamina D3 y las radiaciones solares

Como decíamos, gran parte de la vitamina D3 la obtenemos al tomar el sol. Sin embargo, se trata de un hábito que está disminuyendo debido a los cambios producidos en la atmósfera por la disminución de la capa de ozono y a la preocupación de los dermatólogos y la población por el riesgo de padecer tumores en la piel.

Sin embargo, con una fotoprotección adecuada, ese riesgo disminuye o desaparece y, por el contrario, se mantienen los beneficios que siempre tuvieron los baños de sol o helioterapia, tan beneficiosos para producir una adecuada cantidad de vitamina D3.

Vitamina D3 en el niño

La vitamina D3 en el niño tiene una importancia capital durante su crecimiento y desarrollo, pues interviene de forma decisiva en el metabolismo del tejido óseo. Debido a ello, en países donde la exposición solar es baja (centro y norte de Europa) sumado a que también escasea en la leche materna, se comenzaron a administrar desde el nacimiento suplementos orales de vitamina D3.

Esta práctica ha demostrado ser muy eficaz y, desde entonces, tanto en la lactancia materna como en la artificial, se recomienda la administración diaria de 400 a 600 unidades, durante los primeros meses de vida, para mejorar el metabolismo óseo y prevenir el raquitismo y el retraso en el crecimiento, así como problemas dentales. 

Cómo obtener vitamina D: las leches de fórmula, actualmente, aportan cantidades suficientes de vitamina D3. La vida al aire libre y la administración de suplementos completan el cuadro de prevención.

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Vitamina D3 en el adulto

En el adulto, las causas más frecuentes que dan lugar a escasez de ingesta de vitaminas suelen ser las dietas adelgazantes inadecuadas, los trastornos del comportamiento alimentario, las situaciones de estrés mantenido y el abuso de sustancias como el tabaco y el alcohol.

La escasa exposición a las radiaciones solares es otro factor que propicia el déficit de esta vitamina, que en el adulto se ha asociado a múltiples trastornos como osteoporosis, hipocalcemia, hipofosfatemia, osteomalacia, debilidad muscular, fatiga crónica, baja inmunidad, hipertensión arterial, un determinado tipo de psoriasis, algunas enfermedades cardiovasculares y, recientemente, al cáncer de mama.

Cómo obtener vitamina D: Las necesidades de vitamina D3 de un adulto sano están cubiertas por una vida activa al aire libre y una alimentación sana y equilibrada.

Alimentos ricos en Vitamina D3

Alimentos fortificados. Las leches de fórmula para lactantes, las leches de continuación, de crecimiento o enriquecidas, los cereales, el yogur, la margarina y, en algunos casos el pan, están enriquecidos con esta vitamina.

Pescados. Los aceites de diversos pescados son los alimentos más ricos en vitamina D3.  El aceite de hígado de bacalao contiene 1400 unidades por cucharada. El salmón, la caballa, las sardinas en lata, el bacalao, el atún y la anguila también son todos muy ricos en vitamina D3.

Carnes y huevo. Entre los alimentos de origen animal los más ricos en vitamina D3 son el huevo y el hígado de ternera