A lo largo de la años vamos conociendo a todo tipo de personas. Algunas están de paso en nuestras vidas y otras llegan para quedarse, por infinidad de motivos. Con el paso del tiempo hemos de aprender a distinguir qué tipo de gente nos enriquece y queremos tener cerca, y qué tipo de gente es mejor mantener alejada de nuestra vida.
Las personas tóxicas tienen una habilidad especial para volverte loca y hacerte sentir mal sin que puedas decir en muchas por qué. Con estas claves puedes distinguirlas con más facilidad y actuar en consecuencia para no rodearte de aquellas personas que, no solo no te aportan cosas buenas, sino que además te restan alegría y disminuyen tu positividad y buena energía.
Se quejan de cualquier cosa casi todo el tiempo
Este es el rasgo que nos permite identificar con mayor rapidez a una persona tóxica, su tendencia a quejarse de todo a todas horas. Tienen la capacidad de hacer de todo lo cotidiano algo negativo: siempre hace mal tiempo (o demasiado frío o demasiado caluroso), la comida no está buena, su trabajo es el peor del mundo… Si conoces a alguien que ya se ha quejado de algo a los pocos minutos de hablar contigo, es posible que eso solo vaya a más. Y tener cerca a alguien que ve algo negativo allá donde vaya puede afectar seriamente a tu estado ánimo.
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Son personas indiscretas (y cotillas)
Una de las grandes armas para contaminar el ambiente de negatividad es criticando a personas que no están presentes. Lo normal, además, es que al hablar mal de otros no aporten razones lógicas ni argumentos de peso. Y, por si fuera poco, aún no existe la suficiente confianza con su interlocutor como para hacer algo así. Sin duda, es el perfil de persona que puede hacer lo mismo contigo en cuanto te des la vuelta.
No se interesan por los demás y sus preocupaciones
Las personas tóxicas suelen tener un gran ego que les hace acaparar cualquier conversación para hablar de sí mismos. Si a los pocos minutos de conocer a una persona sabes muchas cosas acerca de ella, pero ella aún no sabe nada de ti, por ejemplo, ni dónde trabajas, activa las alarmas: seguramente tengas a una persona tóxica enfrente, y es que dan por hecho que te interesa cualquier aspecto de su vida, pero son incapaces de sentir o mostrar curiosidad por la vida y los problemas de los demás.
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Reclaman un tratamiento especial
Se sienten con derecho a recibir un trato de favor de los demás, y son capaces de pedirte cualquier cosa nada más conocerte: una invitación a un café o a un evento, que les cedas tu asiento y todo lo que te puedas imaginar. Y eso sin confianza, así que imagínate hasta dónde pueden llegar si intiman con alguien. Es importante detectar este tipo de actitudes para alejarte o, si no es posible, saber negarte a determinadas peticiones que puedan afectar a tu tiempo, tu economía o tu comodidad.
No te sientes bien con esa persona
Si prestas atención a cómo te sientes junto a esa persona, descubres que estás incómoda aunque no sepas por qué. Si tras pasar unos minutos con alguien su conversación y lo que te transmite acaban por hacerte sentir tensa o infeliz es muy posible que sea porque estás ante una persona tóxica. Piensa en si, con lo que has experimentado en un primer encuentro, te imaginas pasando más tiempo con esa persona, compartiendo un café o invitándola a tu casa. Es posible que si se trata de alguien tóxico tu instinto te impida propiciar otros encuentros. Aunque la primera impresión no sea siempre la que cuenta, es importante saber escucharnos y dejarnos guiar por lo que nuestro ánimo nos pide.
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