Posturas de yoga para embarazadas
Aprender a relajarte durante el embarazo es solo uno de los muchos beneficios del yoga, porque en el plano físico ayuda a evitar dolores, tensiones y náuseas.
Durante el embarazo el cuerpo de la mujer está sujeto a un cambio continuo, es importante en este momento atender a sus necesidades, trabajar su bienestar y aprender a conocer cuáles son esos cambios. El yoga favorece estos objetivos, porque realiza un trabajo físico de sintonía y meditración que parte de nuestro cuerpo y llega a nuestra mente. Además, el yoga te mantiene en forma, de hecho: es el mejor ejercicio físico que podrás hacer estando embarazada.
Entre todos los beneficios del yoga para embarazadas, uno de los más importantes es que nos ayudará a aliviar los malestares del embarazo, en especial los dolores musculares, las tensiones y las náuseas. Porque según crece el vientre experimentamos dolores de espalda, hinchazón de tobillos, pies y retención de líquidos. El yoga mejora la postura, ayuda a la circulación y ejercita los músculos.
Sukhasana
Esta es una postura fácil, incluso su nombre significa eso, literalmente. Sukha es sánscrito, y es el prefijo “fácil” de muchas posturas. Asana significa “postura”, tal cual, así que estamos ante el nivel más básico del yoga.
Para realizarla, empezamos haciendo Dandasana: nos sentamos estirando las piernas y con la columna recta. Ayudándote de las manos, mejora la postura moviendo los pies y sitúalos debajo de las rodillas. No corras, dedica todo el tiempo que necesites, si es tu primera vez la paciencia el mimo en cada postura es vital. Estira los brazos y apóyalos en las rodillas. Medita con los ojos cerrados. Puedes modificar la postura intercambiando las piernas de posición, la que está arriba-abajo y viceversa.
Durante el tercer trimestre podrás realizar suaves torsiones a los costados. Esta postura es relajante y calmante, y de cara al parto, esta postura, además, está indicada estirar tobillos y rodillas, aumentando la flexibilidad de la ingle y caderas.
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Baddha Konasana
Baddha significa “atrapado” y “kona” es ángulo en sánscrito, porque en esta postura las rodillas forman un ángulo interior que se cierra con otro ángulo con formación de las plantas pegadas. También se le denomina como la “postura del zapatero” porque era la posición de adquirían tradicionalmente los zapateros indios, y se considera una de las posturas clásicas del yoga. Con ella, favorecerás la salud de la vejiga y los riñones y ayudarás a la preparación del parto porque estarás dando flexibilidad a las rodillas y cadera, estirando la zona inferior de los muslos, y mejorando la circulación y la postura.
Siéntate en el suelo, flexiona las rodillas juntando las plantas de los pies y procura que queden lo más cerca de tu pelvis. Coge tus pies con las manos, e intenta bajar las rodillas hacia el suelo, pero sin forzarte, con suavidad y paciencia
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Prasarita Padottanasana
En sánscrito, significa: postura con la pierna extendida y estiramiento intenso y de alta intensidad. Aunque también se le denomina como postura de la pinza de pie sentada. Es muy recomendable para mejorar la circulación, tonificar las piernas y el abdomen y fortalecer la parte interior de los muslos, lo cual es muy positivo de cara al parto. Se trata de una postura con la que se consigue un alto nivel de relajación y genera una sensación general de bienestar.
Es recomendable realizar esta postura ayudándote de una silla, apoya tus brazos cruzados sobre el asiento bajando tu cadera, esa sería una variante fácil para embarazadas. Si quieres continuar, desplaza la silla, y colócate con los brazos cruzados sobre el suelo, flexionando la cadera.
Upavistha Konasana
Su significado en sánscrito es “sentada en ángulo” porque formaremos con las piernas un gran ángulo de casi 180 grados. Así estirarás los músculos de las piernas fortaleciendo la columna y mejorando la postura.
Siéntate en dandasana, estirando las piernas y con la columna recta. Separa las piernas, presiona las rodillas y con los dedos de los pies hacia arriba, coloca las palmas de las manos presionando el suelo. Estira, inclinándose hacia delante desde las caderas y alarga los brazos hacia los pies. Aguanta unos segundos doblando suavemente los dedos de los pies, y respira. Estira y dobla la espalda para llevar la cabeza y los brazos hacia el centro.
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