A la hora de añadir un nuevo miembro a la familia, son muchas las personas que piensan en un perro como el compañero perfecto. Pero ¿qué raza o tipo de can escoger? Esta es una de las preguntas más habituales entre los futuros dueños, que a veces deciden dejar de lado la opción de un peludo catalogado como peligroso. Oficialmente los PPP o perros potencialmente peligrosos son los que se contemplan en la Ley 50/1999.
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Las claves de la Ley de Perros Potencialmente Peligrosos
En ella se incluyen el akita inu, el tosa inu, el pitbull terrier, el staffordshire bull terrier, el dogo argentino, el fila brasileño, el american staffordshire terrier y el rottweiler. Además, se incluyen los cruces entre estas razas y todos aquellos cánidos que cumplan determinadas características como carácter marcado, fuerte musculatura, cuello ancho, pecho macizo o cabeza voluminosa con mandíbulas fuertes. Para comprender mejor este concepto hemos contado con la veterinaria y presidenta del grupo de trabajo de Etología y Conducta Animal de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales, Ángela González Martínez.
"La Ley de Perros Potencialmente Peligrosos está creada teniendo en cuenta aquellos perros con características por las cuales sus mordidas pueden ser más peligrosas que las de otros, pero que en la práctica son animales que no muerden más que otros. Es decir, no tienen por qué ser más agresivos", explica la experta. En este sentido, ha querido exponer que son muchos los veterinarios que reclaman una revisión del contenido de esta norma en función a investigaciones científicas ya existentes.
¿Qué hace que un perro sea agresivo?
Aunque la agresividad de un can puede tener una parte genética y, por tanto, hereditaria, también puede estar ocasionada por cuestiones educacionales y ambientales. "El periodo de socialización de un perro va de las 3 semanas a los 3 meses de edad. Durante este tiempo el animal tiene que vivir todo lo que en un futuro debe considerar normal", apunta haciendo referencia al trato habitual con las personas y otros animales.
El fin último de este proceso de contacto con el medio es evitar que cuando sea un perro adulto tenga miedo de algo desconocido, ya que el temor es una de las principales razones por las que un animal puede convertirse en agresivo. Del mismo modo, no estar bien socializado con personas, porque no han visto muchas personas, o haber tenido malas experiencias con ellas, son factores de riesgo para que un perro muestre agresividad en un futuro.
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Por otro lado, si se desea adoptar un perro, lo ideal es que el cachorro tenga dos meses de edad y haya sido sometido a una socialización adecuada: "Que se retrase hasta los tres meses porque el animal está con su madre y sus hermanos y recibiendo una buena socialización puede ser algo positivo para el perro". Esta debe ser la labor del criador, que debe favorecer un clima de contacto con las personas, el medio y otros animales. Si bien no se trata de un proceso cerrado, la especialista explica que el margen de tiempo mencionado es en el que la mascota está más sensible a la realidad.
¿Cómo tratar a un perro agresivo?
Los canes agresivos pueden tratarse con la ayuda de un veterinario con formación en medicina del comportamiento. Cuando se descarta que haya un problema orgánico o un dolor que les haga reaccionar de esta forma, el profesional marcará unas pautas para corregir este comportamiento y recetará una medicación que eleve la serotonina -la responsable de aumentar la felicidad-. Además, se les acostumbra al uso del bozal con el objetivo de que lo relacionen con algo positivo a fin de que el perro no pueda hacer daño a personas u otros animales.
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¿Cómo reaccionar ante uno de ellos?
Por último, González Martínez aclara que ante un animal agresivo lo mejor es "quedarse lo más quieto posible, con las manos pegadas al cuerpo y no mirarlo directamente", para así disuadirlo si está preparándose para un ataque.