El liposarcoma no es un tipo de cáncer del que solamos hablar mucho, ya que es poco frecuente. Sin embargo, el mensaje del representante de la modelo Marisa Jara, que ha indicado que en unos días se sabrá si el nódulo que se le ha extirpado es un liposarcoma, ha vuelto las miradas hacia este tumor.
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El liposarcoma es un tipo de sarcoma que afecta a los tejidos. "Los sarcomas de partes blandas son tumores relativamente raros, suponen entre el 0,5-1% de todos los tumores malignos. El liposarcoma es un tumor maligno derivado del tejido adiposo (el que compone la grasa subcutánea, se encuentra alrededor de algunos órganos y en torno a los músculos) y constituye el sarcoma de partes blandas más frecuente. La localización más habitual son las extremidades, principalmente las inferiores, aunque también puede localizarse en el abdomen, pecho y cuello", explica la doctora Verónica González Vidal, oncóloga del Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo (Valencia).
¿Cuál es la causa del liposarcoma?
No se sabe con certeza qué produce el cáncer y tampoco, cuál es la causa del liposarcoma. "La mayoría de los casos son esporádicos (no se identifica ninguna causa) pero existen algunos factores predisponentes tales como algunos síndromes hereditarios familiares (poliposis familiar, neurofibromatosis tipo 1 o retinoblastoma entre otros), antecedentes de irradiación y algunos tóxicos", señala la especialista en oncología.
¿Cómo se diagnostica?
Su forma de presentación más habitual es en forma de masa generalmente no dolorosa. El examen físico, las pruebas de imagen (tomografía axial computarizada -TAC- y/o resonancia magnética) y la biopsia permiten confirmar el diagnóstico y determinar la extensión de la enfermedad. Los pulmones son el lugar más frecuente de asiento para las metástasis.
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¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento es eminentemente quirúrgico. "El objetivo principal de la cirugía es extirpar completamente el tumor para prevenir su aparición de nuevo. En ocasiones, de forma secundaria a la cirugía, pueden aparecer déficits de función que varían dependiendo del tamaño y la localización del tumor, y son debidos a la extirpación de los tejidos adyacentes al mismo (músculos, nervios, tendones, etc,...)", indica. La radioterapia, administrada tras la cirugía, reduce la probabilidad de reaparición del tumor hasta en un 85-90% de los casos. El papel de la quimioterapia es controvertido y debe valorarse cada caso de forma individualizada.
¿Qué pronóstico tiene?
Varía según el órgano afectado, la fase y el estado del paciente. Lo que sí es necesario es "realizar un seguimiento estrecho para poder detectar recaídas locales o a distancia (metástasis) e instaurar un tratamiento precoz tras el tratamiento", concluye la oncóloga Verónica González Vidal.
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