Para dar respuesta a si los afrodisíacos existen o no, científicamente se requeriría analizar todos los alimentos del planeta y testear estas facultades concretas. Ese es el escollo con el que se toparon los investigadores norteamericanos, Elizabeth West y Michael Krychman, cuando iniciaron un estudio científico sobre la existencia o mito de los afrodisíacos.
Para ello, se remontaron a estudios científicos anteriores y abrieron su campo de investigación solo las 50 investigaciones que hubieran apuntado alguna sospecha sobre que cierto alimento podría ser un potenciador sexual.
El resultado fue una lista de ocho posibles afrodisíacos en los que se centró la investigación, por lo que tras su investigación se pudo determinar si tienen o no propiedades sexuales, pero eso no descarta que existan otros alimentos en el mundo que lo puedan ser también y sobre los que no se haya investigado.
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Miel
La creencia de que la miel posee propiedades afrodisíacas tiene que ver con una posible relación entre esta y la producción de testosterona, estimulada por la vitamina B que contiene. De hecho, parece ser que de esta creencia es de donde viene el término “Luna de miel” que es permanente en otras culturas e idiomas (Honeymoon, en inglés), y que hacía de la miel un alimento que propiciaba el amor y la fecundidad en las parejas.
Sin embargo, la investigación resultante concluyó que no existen evidencias científicas suficientes para determinar que la miel estimule un deseo sexual de ningún tipo, ni en el caso de los hombre ni en el de las mujeres. Pero esta investigación hizo hincapié, además, en alertar sobre un tipo de miel denominado “mad honey” (miel loca) de origen turco y que se comercializa con el reclamo concreto de ser altamente afrodisíaca. Según la investigación, al provenir de azaleas esta miel consumida de forma continuada puede resultar tóxica para el ser humano y producir serios problemas cardiovasculares.
Ostras
En la Roma Antigua ya se utilizaban las ostras como un potente afrodisíaco, y probablemente en la cultura popular es el alimento que se nos venga a la cabeza con mayor facilidad al pensar en este tipo de propiedades. Probablemente tenga que ver, al igual que el caso de la miel, porque las ostras favorecen la producción de testosterona por su alto aporte de zinc y por los aminoácidos y serotonina que aportan, que en conjunto son potenciadores de cierto placer y euforia.
Pero el veredicto final es negativo. Según los estudios acerca de las propiedades afrodisíacas de las ostras, no hay nada en su composición y aportes que genere un aumento de la libido, ni del deseo, ni deque favorezca a las relaciones sexuales. Sin embargo, por gozar de tal fama, no es extraño que hayan sido un placebo muy efectivo para quienes han pretendido pasar una noche romántica.
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Chocolate
El cacao presente en el chocolate contiene nutrientes que elevan el nivel de serotonina, según este estudio. Es una hormona neurotransmisora que se asocia al aumento de la libido que controla la temperatura corporal y los estados de ánimo. Por todo ello también se considera un neuroquímico del enamoramiento, porque en suma estas cuestiones pueden aumentar el deseo sexual si estamos predispuestos.
Entre estos elementos del cacao que podrían elevar el deseo sexual están los ácidos grasos, la feniletilamina, las aminas biogénicas y la tiramina. Pero pese a ello, y a que comúnmente se relacionan con la potenciación sexual, la investigación de West y Krychman determinó que no existen evidencias ni pruebas de que el chocolate eleve el deseo sexual.
Canela y ginseng
Cuidado con el arroz con leche y las natillas, la canela también es considerada popularmente como una especia afrodisíaca capaz de levantar las pasiones en plena sobremesa. Anteriormente se realizaron investigaciones en las que se evaluó el impulso sexual de ciertas plantas y, sin concluir definitivamente, se apuntó a una posibilidad bastante razonable de que la canela pudiera tener este facultad. Pero tampoco en esta investigación se ha dado con ningún indicio real de que la canela sea capaz de despertar la libido por sí misma.
De forma similar, el ginseng también es considerado afrodisíaco en la cultura asiática, y en concreto se recomienda popularmente a los hombres con problemas de disfunción eréctil. El resultado de la investigación sí arroja ciertos signos positivos, pero no en hombres, en los que se ha determinado que es un placebo. En cambio, en mujeres que atraviesan la menopausia sí puede ser recomendable, y la investigación determinó que el ginseng sí podría considerarsecomo afrodisiaco en este caso, pues el ginseng tiene efectos estrogénicos, lo que, además, lo hace no recomendables para quienes padecen cáncer hormonodependiente.
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