El mejor aliado para el cuidado de la piel es una alimentación saludable y equilibrada. Para los expertos una dieta dermosaludable es aquella rica en productos frescos que, además, beneficia al organismo en general. De este modo, en ella no deben faltar frutas, verduras, cereales integrales y carnes magras. No obstante, hay algo con lo que debemos tener especial cuidado, sobre todo si queremos lucir un cutis libre de granos y espinillas. Se trata de los lácteos, en concreto (y contra todo pronóstico), de la leche desnatada. Aunque ningún alimento está directamente relacionado con ninguna patología en concreto, un reciente estudio publicado en la Revista de la Academia Europea de Dermatología y Venereología (JEADV) acaba de demostrar que existe una leve coincidencia entre el consumo de esta variedad y el acné moderado-severo de tipo inflamatorio.
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No se puede generalizar
No se trata de una información nueva, pero sí de la primera evidencia científica que se lleva a cabo de una manera más rigurosa, basándose en numerosos estudios previos, en la que han participado 11.000 pacientes. Sin duda, un dato muy sorprendente puesto que esta afección cutánea siempre se había asociado a un elevado consumo de grasas, lo que llevaba a pensar que la leche entera sería uno de sus principales causantes. No obstante, José Luis Martínez-Amo, dermatólogo de la Clínica Martínez Amo (Almería) y miembro de la Academia Española De Dermatología y Venereología señala que es importante hacer varias puntualizaciones al respecto.
En primer lugar, indica que, a pesar de que es una significativa conclusión, el ratio de incidencia es muy leve (tan solo 1,16) por lo que no se puede generalizar a toda la población que toma leche. Esto quiere decir que es tan solo 1,16 veces más frecuente la aparición de acné en consumidores de leche sobre los que no lo son.
Si contiene menos grasa, ¿por qué se asocia con la aparición de acné?
Esta coincidencia se ha observado en importantes consumidores de leche desnatada, que toman al menos un vaso grande al día. El experto señala que es en esta variedad láctea donde se ha observado una mayor incidencia dado que su poder saciante es menor respecto a la entera o semidesnatada, por lo que se tiende a beber en mayor cantidad. Así, explica que la clave no reside en la grasa, sino en la proteína de la leche de vaca, presente en igual porcentaje en las tres variedades.
Aunque no está demostrado científicamente, el estudio sugiere la hipótesis de que al beber mayores cantidades de leche desnatada, la ingesta de la proteína también es más elevada, lo que afecta a nivel hormonal insulínico; causa que puede ser responsable del desarrollo del acné, dado que contribuye a la producción de sebo.
Solo en acné inflamatorio
También conviene destacar que esta relación solo se ha podido demostrar en los casos de acné de tipo inflamatorio (el más agudo) y no así con puntos negros o comedones. De igual manera, se restringe al consumo de leche y no al de otros lácteos (como queso, yogur o algunas variedades de chocolate) debido a su menor contenido en la mencionada proteína.
Además, otro dato curioso del estudio es que la asociación entre el consumo de leche desnatada con la aparición de acné se ha observado sobre todo en Europa y América del Norte dado que, tradicionalmente, la leche ha sido uno de los principales alimentos en su modelo de dieta.
De todos estos datos, se extrae la recomendación por parte de los expertos de limitar el consumo de leche en los casos más severos de acné como medida preventiva, por lo menos, hasta que nuevos estudios puedan confirmar de manera más fiable estos hallazgos.