Son muchas las personas que desean tener una mascota. Sin embargo, además de los cariñosos saludos al llegar a casa, las largas tardes tumbados en el sofá y los paseos de fin de semana, tener un animal es un compromiso y una gran responsabilidad. En muchas ocasiones, las reuniones que se alargan, las horas sentado frente al ordenador, los viajes por trabajo o, simplemente, la falta de tiempo provocan que sea imposible dar la bienvenida a un nuevo miembro peludo a la familia. Por tanto, a pesar del amor que podamos sentir por los animales, hay que meditar mucho la decisión de tener un perro o un gato en casa y pensar si la adopción es la mejor opción para el bienestar de la mascota.
No obstante, aunque no sea el momento idóneo para presumir de nuevo 'mejor amigo', puedes disfrutar de la compañía de los animales, compartir momentos inolvidables y, por supuesto, ayudarles. Basta con estar informado y tomar una solución temporal antes de que puedas dar el gran paso de la adopción. Ser voluntario en una protectora de animales es una solución.
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Localiza la protectora
No solo las personas necesitan ayuda. Los animales, también. Existen numerosas asociaciones que se dedican a defender los derechos de los animales y que cuentan con amplios programas para escoger el que mejor se adapte a tus circunstancias personales. Además, no es necesario tener un título en veterinaria ni contar con ninguna experiencia previa con el cuidado de animales. En la inmensa mayoría de los casos, y aunque cada asociación tiene su propia política, basta con tener más de 18 años, además de motivación, ilusión, actitud positiva y, por supuesto, amor por los animales.
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Funciones de un voluntario
En las asociaciones siempre hacen falta manos. Los voluntarios, que donan su tiempo y esfuerzo sin ningún tipo de remuneración económica por su trabajo, únicamente a cambio de la satisfacción de hacerlo, pueden ayudar en múltiples tareas. Uno de los trabajos más costosos y sacrificados es el de la limpieza del refugio, algo imprescindible para garantizar el bienestar de los animales. Limpiar los cuencos de comida, barrer los pelos, retirar los juguetes estropeados, fregar el suelo, cuidar la higiene de los animales…
Además, la inmensa mayoría de asociaciones también necesitan voluntarios que quieran compartir momentos de paseo con los animales, que suelen estar cansados de permanecer largas horas en el refugio. Así, las mascotas podrán romper con la rutina y descubrir nuevos espacios y olores. Sin embargo, como esta tarea puede ser peligrosa para los animales maltratados o abandonados, es recomendable apuntar previamente los consejos y recomendaciones de los voluntarios con más experiencia.
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Casa de acogida
Las casas de acogida son un pilar fundamental en el funcionamiento de una protectora de animales. Recién nacidos, cachorros, enfermos, animales con problemas conductuales… en muchas ocasiones los animales llegan a los refugios en unas condiciones especiales y con unas necesidades que la asociación no puede satisfacer. Afortunadamente, existen voluntarios que trabajan desde su hogar cuidando a ese animal, sin necesidad de acudir a un refugio. Cuando su 'acogido' encuentra una familia que desea adoptarle, es decir, una casa permanente, el animal abandona el hogar para irse con sus nuevos dueños.
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