Diamantes de laboratorio, una alternativa asequible y ecológica
Las piezas de joyería elaboradas con piedras sintéticas se han convertido en la opción favorita para el público joven y amante del lujo
Lo ecológico alcanza cada vez más aspectos de la vida, llegando incluso al mundo del lujo. Si bien la cocina vegana, la moda sostenible e, incluso, la cosmética natural son tendencias casi plenamente implantadas en nuestro día a día y que poco a poco cuentan con más adeptos, ahora es la joyería el sector que también ha decidido apostar por la sostenibilidad en sus materiales y sus procesos de producción. A fin de evitar la deforestación y la destrucción de los ríos, no solo los metales preciosos como el oro y la plata tienen su versión eco. También los diamantes son susceptibles de obtenerse en los laboratorios a través de sofisticados procesos, dando lugar a piezas con calidad gema de características muy similares a los naturales.
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Piezas éticas y sostenibles
El método de extracción de los diamantes supone un punto conflictivo en el sector, no solo por su gran impacto medioambiental, sino también porque su procedencia se concentra en países en conflicto bélico que vulneran los derechos humanos al financiar armas con ellos. Son los conocidos como 'diamantes de sangre'. En muchos casos, determinar si este es el origen de una pieza es muy difícil, por lo que cada vez más firmas están recurriendo a su alternativa sintética, mucho más ética y sostenible.
La alternativa económica preferida por los jóvenes
Según apunta el Instituto Gemológico Español, el diamante sintético fue obtenido por primera vez en el año 1954 por General Electric, utilizando un método basado en la cristalización del carbono a altas presiones y temperaturas. Conocido como HPHT (del inglés High Pressure High Temperature), esta técnica se convirtió rápidamente en la principal fuente de producción. En aquel momento, eran pequeños y de baja calidad, utilizados principalmente para aplicaciones industriales.
No obstante, en 1970 se obtuvieron los primeros cristales de diamante sintético de calidad gema de hasta un quilate de peso. Entonces, eran mucho más caros que los naturales, pero los posteriores avances tecnológicos permitieron abaratar los costes, de forma que a mediados de los 90 aparecieron primeras empresas en comercializar estas valiosas piezas. De hecho, en este momento, se calcula que su precio es hasta un 40% más barato y suponen la alternativa preferida por el público joven, mucho más concienciado con el medio ambiente que generaciones anteriores.
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Industria concienciada
En la actualidad, son muchas las firmas de lujo que elaboran sus piezas de joyería con estos diamantes cultivados de manera artificial en un laboratorio en su afán de ser más respetuosas con la naturaleza. De este modo, DeBeers, la compañía que desde finales del siglo XIX poseía el monopolio mundial, acaba de lanzar su propia empresa de diamantes sintéticos low cost, Lightbox, con una agresiva política de precios que ronda los 700 euros el quilate (cuando su valor de mercado hasta el momento se situaba en torno a los 3.000 o 4.000 euros).
Sus elegantes piezas presentan un aspecto minimalista y muy actual. Disponibles en varios colores y diseños, su apariencia apenas tiene nada que envidiar a sus homólogos naturales, siendo imposible diferenciarlos a simple vista, puesto que comparten sus mismas características físicas, químicas y ópticas.